La transnacional Arcor recurrió a la fuerza pública para impedir el control de bioseguridad en la planta Bagley Córdoba, especializada en la producción de galletas, y callar los reclamos de los trabajadores.
Este lunes 4 el secretario general del STIA Córdoba, Héctor Morcillo, junto al compañero secretario gremial Eduardo Cornejo se hicieron presentes en la planta de Bagley de la ciudad de Córdoba para evitar que efectivos policiales siguieran amenazando con detener a los delegados de planta que estaban por realizar una asamblea en el área de expedición.
La empresa no está abonando el premio de presentismo, las horas nocturnas y la media hora no gozada a los trabajadores del grupo de riesgo que por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) están exceptuados de prestar servicios.
Además, no quiere reconocer el salario de los padres que, también amparados por el DNU, pueden exceptuarse del trabajo para cuidar a sus hijos.
“El argumento de la policía es que estamos cometiendo un delito. Vinieron y amenazaron con detener a los delegados. Nosotros lo que estamos haciendo es reclamar por nuestros derechos, el salario, la seguridad y la vida de los compañeros”, afirmó Morcillo.
La policía actuó dentro y fuera de la planta industrial, lo que demuestra claramente que la empresa permitió su accionar en forma deliberada.
“Se parece a los años de la dictadura: las empresas pidiendo reprimir, amenazar y apretar a los trabajadores que reclaman por sus derechos, su seguridad y su propia vida. Para peor en un marco de pandemia”, protestó Eduardo Cornejo.
“¿Es que en época de coronavirus se pueden violar los derechos humanos?, se indignó Morcillo.
La UITA seguirá con suma atención la evolución de los hechos y dispuesta a realizar todas las acciones que nuestra afilia entienda necesarias.
