Los trabajadores y trabajadoras de Córdoba y el movimiento obrero en su conjunto sentimos la necesidad y obligación de expresar, una vez más, nuestra preocupación por la situación laboral, social y política de nuestro país y el repudio a las sucesivas medidas del gobierno nacional que lejos de mejorar la situación de los trabajadores encuentra en esta crisis una oportunidad más para favorecer la desprotección y precarización laboral.
Los nuevos indicadores de pobreza e indigencia marcan una situación límite.
Más de 15 millones de argentinos son pobres, no logran superar los umbrales mínimos para su desarrollo y de ellos más de 3 millones tienen ingresos inferiores a los necesarios mínimos para su manutención alimentaria.
Son las cifras de pobreza más altas de los últimos 17 años.
Lo más lacerante e inaceptable es que los niños y niñas sean las principales víctimas. Hoy 1 de cada 2 niños vive en la pobreza y más de 1.200.000 directamente no tienen para alimentarse.
Desde hace años venimos denunciando las consecuencias del modelo económico adoptado por el gobierno nacional y sus consecuencias, pese a lo cual han ratificado y profundizado el rumbo elegido.
Amparados en un poder que ya no tiene sustentos populares ni mayoritarios, siguen castigando a los trabajadores forzando reformas laborales de hecho, modificando una ley nacional (24.557) por decreto (669/219) y reduciendo drásticamente las indemnizaciones por accidentes laborales.
El claro objetivo es garantizar la rentabilidad financiera de las Aseguradoras de Riesgo con una transferencia espuria de ingresos de los trabajadores y trabajadoras accidentados hacia estas entidades de lucro.
Con la desintegración del sistema productivo, la caída del consumo y la desprotección de la economía frente al comercio internacional que él mismo generó, el gobierno nacional aprovecha la oportunidad para desfinanciar los sistemas de seguridad social con anuncios de eliminar los aportes patronales.
Se trata de una medida que ya fuera utilizada en épocas de gobiernos liberales anteriores y que solo provoca precarización y desprotección laboral.
Las empresas y la economía en general generan puestos de trabajo solo si las condiciones de crecimiento, producción y consumo son positivas, a la inversa la ecuación no cierra.
La caída del salario real, las suspensiones y los despidos se han acelerado, siendo la actual situación laboral peor que la denunciada en informes sectoriales y documentos anteriores.
Los sectores productivos están acorralados y su variable de ajuste más rentable es hacerle pagar al sector trabajo un costo del cual es absolutamente ajeno.
Se propone como solución un nuevo esfuerzo de los trabajadores: adelanto de vacaciones, relajamiento de condiciones laborales amparado en el Procedimiento Preventivos de Crisis, acuerdos salariales por debajo de la inflación, anticipos salariales a cuenta de futuros aumentos (bono de 5.000 pesos).
Con ese tipo de medidas se demuestra la intención de los sectores financieros y del poder económico de hacer pagar a los trabajadores y trabajadoras el lucro extraordinario que están obteniendo con esta crisis.
Es necesario cambiar este modelo económico especulativo. Necesitamos un modelo productivo con trabajos y salarios dignos, que garantice el desarrollo nacional y una justa distribución de las riquezas generadas.
En Córdoba, José Pihen
Secretario general de la CGT Regional Córdoba