Con Jorge Aronzón, presidente del Centro de Jubilados
del Personal del Banco Credicoop
El dirigente brindó detalles de la marcha del miércoles 28 de agosto, reprimida con ferocidad por la Policía Federal y se refirió a la situación que padecen los integrantes de la llamada tercera edad.
Carlos Chichizola
2 | 9 | 2024
Foto: AFP
Como lo hacen habitualmente todos los miércoles, grupos de jubilados se movilizaron pacíficamente frente al Congreso para reclamar por el respeto a su derecho a una vida digna.
Esta vez se incluyó el pedido de que el presidente Javier Milei no vete la ley sancionada la semana pasada, que implica una mejora de apenas 17 mil pesos (US$ 13 dólares aproximadamente).
Se encontraron sin embargo con una feroz represión policial que incluyó palazos, gases lacrimógenos y el uso de gas pimienta desde corta distancia que afectó la visión a muchos de los que allí se encontraban.
Igualmente, los jubilados, apoyados por otras organizaciones sociales y sindicales, lograron recomponerse y movilizarse por Avenida de Mayo hasta la Plaza de Mayo donde protestaron frente a la Casa de Gobierno y denunciaron las pésimas condiciones de vida a que los somete el ajuste feroz que lleva adelante el gobierno nacional.
Jorge Aronzón, presidente del Centro de Jubilados del Personal del Banco Credicoop, presente en la marcha del miércoles, denunció la actitud del gobierno ante los que Milei llama “viejos meados”.
“La marcha fue en repudio y rechazo al posible veto presidencial, que significa impedirnos cobrar unos 17 mil pesos y deja fijo el bono de 70 mil pesos (US$ 73 dólares), que, con la devaluación, prácticamente no nos queda nada”, explicó.
La consigna contra el veto presidencial “fue resuelta en un plenario realizado el 24 de agosto, en el que participaron más de 30 organizaciones y se aprobó una serie de reivindicaciones y un plan de lucha”.
En esa instancia, además, “se acordó reunirnos con las dos CTA y con la CGT y con todos los partidos para que no se vete la Ley y en caso de que eso suceda plantear que se insista desde el Congreso con su sanción, con el apoyo de los dos tercios, como lo establece la Constitución”, detalló Aronzón.
El presidente del Centro de Jubilados del Banco Credicoop señaló que el día de la marcha habían acordado con la Policía Federal “que, en principio, nos dejaría caminar por la avenida de Mayo dejando dos carriles libres para la circulación de vehículos”.
Eso se hizo, pero previamente se había desatado la represión.
“No hubo detenidos, pero sí gente muy golpeada y otra con efectos de gas pimienta, que le tiraron desde cerca en la cara. Fue un momento terrible. Vi a un muchacho con la cara como un chimpancé de hinchada”.
“Luego de la represión frente al Congreso, logramos reagruparnos y fuimos caminando hasta la Plaza de Mayo para manifestarnos frente a la Casa Rosada”, dijo Aronzón.
El dirigente afirmó que “en estos ocho meses de gobierno de Milei la vida de los jubilados ha desmejorado terriblemente. Están cerrando oficinas, lo que complica la realización de trámites a los jubilados, redujeron la entrega de medicamentos gratuitos y ni hablar del paupérrimo poder adquisitivo de las jubilaciones”.
“Hoy un jubilado con el bono llega a cobrar poco más de 280 mil pesos (290 dólares) y reciben boletas de luz y gas de 30 a 40 mil pesos (entre 32 y 42 dólares). Ni hablemos si alquila, porque entonces directamente se tiene que tirar bajo un tren. Desgraciadamente hay un montón de gente que está viviendo en la calle”.
Aronzón refirió que la carestía de los productos y servicios ha llevado a que “mucha gente ha restringido gastos en cosas que le eran habituales”.
“Integrantes del centro de jubilados que presido, que cobramos algo más que la mínima, se han dado de baja de la prepaga de salud porque no la pueden sostener y también han dejado de comprar el diario en papel, cosa que yo hice durante 45 años, o salir a comer a un restaurante o a ver un espectáculo artístico”.
La única preocupación que tiene el jubilado hoy “es comer y lo hace una sola vez por día. Generalmente aquel que no trabaja, a la mañana almuerza y a la noche toma un tecito con alguna galletita y se va a dormir. Y aquel que tiene algún laburo o una changa ingiere algo liviano al mediodía y luego cena”.
Acceder a una jubilación no basta. “Hay que seguir trabajando porque si no es imposible subsistir”, concluyó.