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Encuentro Internacional de la División Lácteos de la UITA
Intervención de Héctor Ponce

La batalla ideológica y la comunicación

En su discurso de clausura del Encuentro Internacional de la División Lácteos de la UITA, realizado en Sunchales, provincia de Santa Fe, el secretario general de Atilra llamó la atención sobre la necesidad para los sindicatos de redoblar la batalla en el plano ideológico y comunicacional. Batalla, hoy, dijo, que estamos perdiendo.

Hace poco tiempo atrás, en un plenario latinoamericano que realizó la División, decíamos que, independientemente del lugar en que cada uno de nosotros estuviese viviendo, los problemas eran parecidos y enfrentamos a los mismos enemigos.

Eso se mantiene.

Pero quienes representamos los intereses de los trabajadores y trabajadoras estamos fallando y estamos perdiendo la pelea en el plano de ideológico y en el ámbito de la comunicación.

Si a estos gobiernos, cuyo comportamiento censuramos porque atentan contra los intereses del mundo del trabajo, los eligen los propios trabajadores y trabajadoras es porque están convencidos de que quienes eligen van a gobernar con la sensibilidad suficiente.

Por otro lado, las grandes corporaciones económicas y financieras se han globalizado. Las organizaciones sindicales, o por lo menos las entidades internacionales, tienen no solamente la responsabilidad sino también la obligación de globalizarse desde el punto de vista solidario y también desde el punto de vista de la comunicación y contenidos que difunden.

Los sindicatos tienen que actualizarse y adecuarse a una nueva realidad económica, financiera, social.

Una de las cuestiones que tiene que ver con el pensamiento globalizado es que los propios trabajadores y trabajadoras muchas veces renuncian a su calidad de tales y tienen otro tipo de pretensiones, o caen en la trampa tendida por las empresas y se consideran colaboradores.

No decimos que deban dejar de bregar por crecer desde el punto de vista personal, pero lo que nunca deben olvidar es su pertenencia a la clase obrera.

También se torna necesario que las organizaciones sindicales mantengan a nivel local, regional e internacional una activa custodia sobre los derechos logrados, porque el embate que se avecina será brutal.

Para eso se debe construir y sostener un contacto genuino con las bases, debemos hacer que los trabajadores y trabajadoras sientan que forman parte y son el sindicato.

El sindicato no somos los dirigentes sindicales, el sindicato son los trabajadores y trabajadoras. En la medida en que los trabajadores y trabajadoras tengan en claro que el sindicato son ellos y no los dirigentes, es imposible que puedan destruir a la organización.

A lo que apuntan fundamentalmente las grandes corporaciones es a desmantelar la creencia de que la organización sindical es la única herramienta que tiene el trabajador para forjar y cambiar su destino.

Consecuentemente, habrá que luchar por el triunfo de una organización nueva, en la que los conceptos de solidaridad, de respeto a la condición humana y de fraternidad ocupen el centro de nuestra reflexión y acción.