La evidencia no es aún suficiente para establecer una causalidad entre los tres factores, pero sí para “señalar una correlación positiva”, dijo al diario Página 12 Alejandro Oliva, responsable del Programa de Medio Ambiente y Salud de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y uno de los autores del estudio.

“Nuestra preocupación, desde hace muchos años es evaluar cuáles son las relaciones entre ambiente y salud. Pronto comenzamos a observar que algunas provincias del centro, como Santa Fe, tenían altas tasas de mortalidad por cáncer y pensamos en cuáles podrían ser los factores contextuales que deberían estar influyendo”, explicó.

“Vimos que había dos variables centrales: por un lado, las superficies sembradas que durante la última década se han incrementado muchísimo y de ahí el uso de agroquímicos; y, por otro lado, advertimos una alta concentración de arsénico en el agua. Un elemento que también puede provocar cáncer y otras enfermedades”.

La investigación se centró en tres provincias con intensa actividad agrícola, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, en las que “incluso el mínimo de casos de cáncer supera a la media” global argentina, de acuerdo a datos oficiales.

En las aguas de esas tres provincias, que juntas suman unos ocho millones de habitantes, se han hallado restos de pesticidas y de arsénico muy por encima de los 10 microgramos por litro fijados como parámetro por la Organización Mundial de la Salud y hasta de los 50 establecidos como límite por el código alimentario argentino.

“Es muy probable que cuando se juntan los efectos de los pesticidas y del arsénico se potencien y se sinergicen entre ellos. Sabemos que actúan por separado, pero necesitamos comprobar el modo en que se alimentan mutuamente”, dice Oliva, resaltando la ausencia de estudios específicos al respecto.

La investigación, llevada a cabo por la Red Interuniversitaria en Ambiente y Salud de la Región Centro (Redinasce), fue de “corte ecológico”, pero sus autores destacan que en los vínculos entre cáncer y salud intervienen múltiples factores.

“Los sectores que económicamente se hallan en peores condiciones son los que usualmente tienen más enfermedad”, destacó Oliva.