-¿Cómo evaluaron la reunión?
-Fue muy positiva. Nos permitió conocer a otros dirigentes, otras problemáticas y desafíos y cómo actúa AB InBev a nivel global.

-¿Cuáles fueron los problemas que se analizaron?
-Los mismos que venimos observando en Argentina desde hace varios años. Cabe recordar que la compañía llegó a este país a escasos meses de producirse la fusión entre las empresas Brahma y Antárctica, creando AmBev.

Esta transnacional se caracteriza por buscar un desmesurado crecimiento para obtener mayores lucros. Las empresas cerveceras son un excelente negocio, pero la ganancia mayor para AB InBev está en generar dinero, porque es una compañía de inversionistas.

Para ellos lo más importante es ganar dinero, y si es negocio fabricar cerveza, harán cerveza, pero si es más negocio fabricar bolitas de vidrio, entonces reconvertirán todas las empresas y fabricarán bolitas de vidrio.

Para nosotros es una gran preocupación este cambio de estilo; estábamos acostumbrados a defender nuestras propias marcas, nuestro propio método de producción, pero ahora trabajamos en un sistema cuyo único objetivo es la reproducción del dinero, lo que implica transformaciones profundas en el régimen y la organización de trabajo. Y éste no es un problema sólo de Argentina, o de Brasil, es de todos los trabajadores de esta transnacional.

-¿Las políticas de AB InBev son iguales en todo el mundo?
-La matriz de aplicación de la política, por ejemplo, de Recursos Humanos en la Argentina es la misma que se aplica en el resto de los países donde esta empresa tiene presencia.

Esta política tiende a igualarnos a todos, porque no es normal en la Argentina ni en cualquier parte del mundo que un trabajador termine haciendo tres o cuatro tareas o se desempeñe en tres o cuatro puestos de trabajo distintos. Eso no es normal. Pero la voracidad de estas empresas arrasa con todo, incluso con la salud psicofísica de los trabajadores.

En ese sentido, estamos avanzando hacia una política sindical global por la cual los reclamos de un sindicato de cualquier fábrica en el mundo donde se produzcan inconvenientes, recibirán el apoyo de todos.

-¿Ya hay ejemplos de esto?
-Estamos llevando adelante acciones con una fábrica que pertenece al grupo Labatt, ubicada en St. John’s. Estamos manifestando nuestra solidaridad a nivel de la Argentina, seguramente los compañeros de Brasil y Uruguay van a hacer lo mismo.

El gran desafío es manifestarnos en contra de esta política de manera conjunta. No podemos permitir que se atente contra la salud de los trabajadores para obtener mayor rentabilidad.

Si la empresa pierde, quienes pagamos los costos siempre somos los trabajadores, y de la peor manera: con despidos, con la disminución de puestos de trabajo, con Convenios Colectivos que se modifican disminuyendo beneficios. Pero cuando gana, como lo viene haciendo esta empresa durante los últimos diez años, nosotros no vemos los beneficios porque cada vez que discutimos salarios nunca obtenemos nada.

Así que el desafío es consolidar nuestra unidad a nivel global para poder sentarnos a discutir con AB InBev y establecer reglas de juego claras para todos.

En este sentido vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para fortalecer esta unidad global que se ha vivido en este encuentro entre todos los sindicatos de AB InBev y tendremos que formalizarla en el futuro, por supuesto a través de la UITA.

-¿Se ha conformado un comité o se ha resuelto conformarlo?
-Lo que se resolvió en esta reunión en Bélgica fue la designación de dos delegados, o dos coordinadores —el compañero Fred Linton, de Canadá, como delegado para Europa, y yo como delegado para Latinoamérica—, porque todavía no se ha realizado la reunión a nivel de UITA para establecer el mecanismo de funcionamiento y la plataforma que vamos a utilizar.

Nuestra principal preocupación es que se entienda que la comunicación global entre todos los sindicatos que integramos AB InBev no tiene otro fin que proteger a los trabajadores.

Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance, vamos a trabajar a través de la UITA para formalizar y estrechar más el vínculo entre los sindicatos.

Casualmente he tenido una reunión con los compañeros Hugo Moyano y Pablo Moyano para interiorizarlos de todo esto, y ellos van a acompañar este proceso con lo que les compete que es logística de Quilmes, Pepsi, y todo lo que esté en la órbita de AB InBev.