-No imagino a Argentina sin las obras sociales que los sindicatos administran en esta situación de emergencia sanitaria…
-Nadie puede desconocer que somos parte importante del sistema de salud de este país.
Las organizaciones sindicales, como viene informando la Regional, están apoyando al Estado con sus servicios de salud y logísticamente para enfrentar esta pandemia.
El gobierno tomó una medida drástica adelantándose a los acontecimientos para que la curva de contagio sea lo más plana posible y las organizaciones sindicales estamos haciendo nuestra parte.
En UTHGRA, por ejemplo, los sanatorios de todo el país están al servicio permanente de quien se tenga que atender, sin tener en cuenta si son afiliados o no y sin descuidar a los pacientes con enfermedades crónicas.
También hemos colocado a disposición de las autoridades nuestros establecimientos hoteleros de turismo social para que los utilicen como consideren necesarios.
-Los medios dominantes de formación de opinión discriminan y atacan ferozmente la acción sindical…
-Pero las organizaciones sindicales están colaborando con todas sus estructuras, personal y hasta con sus propios recursos económicos.
De la recaudación que se realiza para las obras sociales, el Estado se queda con el 15 por ciento y con eso debería cubrir todas las necesidades de los usuarios del sistema público, inclusive los estudios de alta complejidad y medicamentos de alto costo.
Sin embargo, son las obras sociales que se hacen cargo. Los precios de esos estudios y de los nuevos fármacos se dispararon con relación al salario y eso hace que los sindicatos hayan tenido que adiccionar dinero para solventar a las obras sociales y permitir que sigan funcionando con normalidad.
A tu pregunta inicial, imaginar a Argentina sin las obras sociales, le agregaría otra: ¿se imaginan si no estuviéramos los sindicatos para regular los salarios y las condiciones de labor, si ello quedara a la buena voluntad de los empresarios?
El país sería un caos.