En ocasión de su participación en el coloquio de IDEA, el viernes 20 en Mar del Plata, Mauricio Macri dijo que promoverá en Argentina una reforma laboral similar a la española de 2012-2013 y la italiana de 2015. La segunda fue abolida y la primera puede llegar a serlo.
En un documento difundido esta semana, Lucio Garzón Maceda, asesor jurídico de la Confederación de Asociaciones Sindicales de Industrias Alimenticias (CASIA) recuerda por un lado que ambas reformas europeas tuvieron el objetivo de beneficiar únicamente a las empresas, facilitando despidos y fomentando el empleo parcial y precario.
Las reformas españolas de 2012-2013 “redujeron las indemnizaciones por despido, descentralizaron la negociación priorizando los acuerdos de empresa y facilitaron el trabajo a tiempo parcial”.
España, señala el texto, “es uno de los países europeos con más pobre actuación respecto a mejorar las condiciones laborales y con mayor riesgo de pobreza”.
“Tiene exceso de empleo temporario de corta duración y registra una falta de políticas laborales activas y de formación profesional, pese al alto desempleo de un 16 por ciento”.
Desde que este año cayó el gobierno de Mariano Rajoy, el nuevo Ejecutivo socialista se propone ir desmontando esa reforma.
La reforma italiana, al igual que la española, “favorecía la precarización laboral, reduciendo las indemnizaciones por despido y favoreciendo las contrataciones por duración limitada”.
Lo que pareciera ignorar Macri, apunta Garzón, es que “la reforma italiana que él auspicia fue derogada el 14 de julio pasado”.
El presidente, miente doblemente: al afirmar que las reformas beneficiarán a los trabajadores y al no informar que están siendo severamente cuestionadas.