Uriel Fernández
-¿Cuéntanos cómo se inició este conflicto?
-Éramos 8 trabajadores cuando comenzó todo esto, ahora quedamos cuatro. Esto se inició a finales del pasado mes, cuando preguntamos cuál era la situación de nosotros porque la marca Almacén de Pizzas compraba la franquicia y no estaba claro nuestro futuro.
Los dueños decían que nos dejaban con trabajo, pero la empresa Almacén de Pizzas manifestó que nos tomaban por tres meses a prueba y empezamos de cero.
Por su parte, los dueños actuales Gabriel Arena y Analía Capuano, nos exigían la renuncia. Al que no renunciara no se le pagaba el mes trabajado ni la liquidación, no se le pagaba nada. Entonces decidimos tomar el local para poder cobrar lo que nos corresponde.
-¿Mantienen deudas con ustedes?
-Una compañera y yo cobramos octubre el 27 de noviembre. A otro compañero todavía le deben parte del mes de octubre. Para ellos mil pesos (60 dólares) no son nada y para nosotros es bastante.
Maia Barthes
-¿Desde cuándo trabajas aquí?
-Hace cuatro años. Entré el 21 de enero de 2014 y como dice mi compañero siempre cobramos en cuotas y además por cuatro horas, trabajando 8 hasta 10 horas diarias.
Si algún compañero se enfermaba el otro tenía que hacer el doble y se nos pagaba igual y siempre en cuotas, en muy cómodas cuotas.
Tener que pedir por el salario adeudado es extremadamente estresante.
-¿El Sindicato está presente?
-El sindicato nos está dando una gran mano, estamos muy agradecidos con respecto a esto.
La ocupación no es fácil, ni para nosotros, ni para la familia que hace el aguante afuera. Vemos a nuestros hijos desde atrás de un vidrio como si fuéramos delincuentes.
Los cuatro que quedamos acá siempre nos llevamos muy bien, siempre fuimos muy equipo , de hecho en el fin de semana donde más se trabajaba estábamos solos. O sea solos sacábamos el local adelante.
-¿Han recibido amenazas?
-Sí, hemos recibido amenazas, vía Facebook también de amigos de parte del local. Nos están tratando de basuras, que queremos progresar con plata ajena y en realidad son ellos los que están progresando con plata ajena.
El patrón ha venido a increparme acá en la puerta de manera muy violenta. La familia de ellos también y nosotros jamás hemos respondido de forma violenta hacia ellos, de hecho pueden entrar al local y verán que no hemos tocamos nada.
Sabemos que tenemos causas penales, por usurpación, mientras ellos no tienen causa penal por usurpación de nuestra plata.
Solamente estamos ejerciendo nuestro derecho a huelga y en reclamo de nuestros derechos adquiridos como trabajadores.
Es lo que estamos haciendo: una causa justa.