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Según el Banco Central de
México
,
en los primeros 52 meses de gobierno del
presidente Felipe Calderón
, cuyo mandato expira en 2012,
el país dilapidó casi 43
mil millones de dólares comprando alimentos en el exterior
, el doble de lo que
gastó su predecesor en la Presidencia durante un lapso similar.
Sólo enmarzo pasado se gastaron 1.231millones de dólares en ese concepto -esto
es 1,7 millones por hora-, fundamentalmente en leche, maíz y trigo importados
desde Estados Unidos
12
.
En contraposición, el InsƟtuto Nacional de EstadísƟca y Geograİa (
INEG
) de
México
informa que en ese mismo mes las menguadas
acƟvidades agropecuarias sólo aportaron el 3,5
por ciento del
PBI
nacional.
Datos de la Central Campesina Cardenista
indican que
México
importa hoy el 99
por ciento de la leche en polvo, 60
por ciento de la carne de res, 80 por
ciento del arroz, 90 por ciento de
oleaginosas y 35 por ciento del
sorgo que consume.
Si conƟnúa esta tendencia
-aunque es probable que se
incremente-, al final del período
del presidente
Calderón,México
habrá gastado cerca de 70 mil
millones de dólares en importar
alimentos
.
Hay preguntas que rugen como cañones:
Con esta enorme canƟdad de
dineroaplicadaenpolíƟcasadecuadas, ¿cuántoempleosepodríagenerar?
¿Cuánta gente podría vivir y producir con dignidad en el campo? ¿Cuántas
medianas y pequeñas empresas alimentarias podrían desarrollarse? ¿Qué
país sería hoy México?
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La Jornada, 4 de junio de 2011
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