Ubicada en la zona de Comodoro Rivadavia, al sur del país, Argenova era una de las tres plantas en Argentina de Pescanova (tiene una segunda en Buenos Aires y otra en la provincia de Santa Cruz), pero era la de mayor valor fuera de España. En su ejercicio de 2011, la propia transnacional la había valorado en 27 millones de euros.

La justificación para el cierre de la fábrica fue “la crisis internacional” y  la falta de incentivos para continuar operando.  En los últimos meses, la flota de Argenova (varios barcos para la pesca de langostinos) permaneció amarrada a puerto por problemas en el abastecimiento de combustible.

Los 40 obreros de la firma fueron despedidos. Este lunes 29 el Sindicato de Trabajadores Industria de la Alimentación de Puerto Madrin presentó al Ministerio de Trabajo un pedido para convocar a una “mesa de conciliación” con los directivos de la empresa, con el objetivo de revertir los despidos, y si no se logra obtener el 100 por ciento de las indemnizaciones estipuladas y la reinserción laboral de los trabajadores. 

Un día antes del anuncio del cierre de Argenova, en España un juez del juzgado mercantil de Pontevedra, en Galicia, donde Pescanova tiene su sede, convocó a concurso de acreedores y suspendió las facultades del consejo de administración de la firma.  

Ni en España, ni en Argentina, ni en otros países donde filiales de la firma van cayendo, como la salmonera chilena Acuinova, los trabajadores fueron puestos al tanto de la situación que se avecinaba, en Argentina ni siquiera saben si sólo se verá afectada la planta de Comodoro Rivadavia o si la crisis ya llegó o está por llegar a las otras dos. “Preguntamos y nada nos informaron”, denunciaron los dirigentes.