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Malas noticias para la región
En Montevideo,
A.Latina
    EMPLEO | POBREZA
    Malas noticias para la región
    Aumenta el desempleo y la pobreza no retrocede
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    Ilustración: Cartonclub
    El FMI ha empeorado sus previsiones sobre América Latina, ya que en su opinión crecerá este año la mitad que los países avanzados; el petróleo ya no es determinante para la economía y Brasil  ha dejado de ser la locomotora de la región. Los augurios de otros organismos como la OIT y la CEPAL no son mejores. El aumento del desempleo y el estancamiento de la reducción de la pobreza preocupan. 
    Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la tasa de desempleo urbano en América Latina y el Caribe en 2014 se comportó de forma “atípica” pues continuó bajando a pesar de la desaceleración económica, alertando que un crecimiento lento comenzó a impactar al mercado laboral.

    Para Elizabeth Tinoco, directora Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, “lo más preocupante es que se están creando menos empleos y que los indicadores laborales envían señales de alerta".

    Tinoco presentó en México la edición 2014 del Panorama Laboral de América Latina y el Caribe, donde se destaca que la tasa de desempleo urbano era de 6,2% al tercer trimestre de 2014, cerrando el año en 6,1%, por debajo del 6,2% de 2013. "Estamos hablando de casi 15 millones de personas desempleadas" dijo.
    Desempleo y mayor informalidad
    Medio millón de desempleados más en la región

    El informe anual de la OIT destaca que las previsiones de crecimiento económico para 2014 fueron revisadas a la baja hasta 1,3% según el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que en 2015 subirían moderadamente hasta 2,2%.

    Si bien el desempleo no ha aumentado a causa de esta desaceleración del crecimiento, se ha notado una fuerte reducción en la generación de empleo reflejada en la tasa de ocupación, que bajó 0,4 puntos porcentuales hasta 55,7% al tercer trimestre de 2014. "Estamos hablando de que dejaron de generarse al menos un millón de empleos", estimó Tinoco.

    De acuerdo con la OIT, en 2015 la tasa de desempleo urbano subirá hasta dos décimas, pudiendo llegar a 6,3%, lo que significa que habrá cerca de 500 mil desempleados más en la región.

    "Muchas de las personas que salieron temporalmente del mercado laboral en 2014 volverán a buscar trabajo el año próximo, junto a los jóvenes que se sumen al mercado laboral. La región necesita crear casi 50 millones de empleos los próximos 10 años solamente para compensar el crecimiento demográfico", estimó la Directora Regional de la OIT.

    En declaraciones a El País de Madrid, Tinoco argumentó: “América Latina no supo aprovechar la década de crecimiento económico sostenido para transformar su economía. Exprimió al máximo lo que le funcionaba, el petróleo, pero no abrió más vías para diversificar su producción y crear empleo.

    Para los países que dependieron tanto del crudo, el panorama es dramático”. Y añadió: “La informalidad se ha extendido desde los años noventa. El crecimiento económico del 3 al 4% a partir del año 2000 tuvo un impacto reciente en la creación de empleo formal.

    Ahora, con una desaceleración que se vislumbra de largo plazo, vuelve la informalidad. La gente se las ingenia para comer con los trabajos más insólitos. Es la necesidad de la supervivencia”.

    Perú (con un 68%) Honduras, México, Colombia y Guatemala figuran entre los países con mayor informalidad. Uruguay (pese a un elevado 34%) y Costa Rica cierran la clasificación. Las mujeres, los jóvenes y los mayores de 50 años son quienes más se ven perjudicados por estas prácticas.

    Son también quienes, en muchas ocasiones cansados de buscar empleo, salen del mercado laboral. Estas fugas y las altas tasas de informalidad provocan que los porcentajes oficiales de desempleo en los países latinoamericanos resulten mentirosamente bajos, cuando la realidad es muy distinta.
    Estancamiento en la reducción
    de la pobreza
    Aumentará la demanda social

    Según el informe "Panorama Social" que acaba de presentar la Comisión Económica para la región (CEPAL), en 2014 un estimado de 167 millones de personas vivían en América Latinay el Caribe en situación de pobreza, lo que representaba el 28% de la población total, mientras que la cifra en extrema pobreza o indigencia llegaba a 71 millones.

    Para la CEPAL, en esas cifras influyó la desaceleración económica vivida en el 2014, cuando sólo hubo un crecimiento de 1,1%, y no se aprovechó el auge de los precios de los commodities para contrarrestar la crisis financiera.

    Para este año, se proyecta un crecimiento de 2,2% y podrían verse afectados los avances en la reducción de la desigualdad, bajar el nivel de empleo y los ingresos de la población.

    El diagnóstico concluye indicando que "el aumento de expectativas de bienestar y consumo, la mayor promoción de derechos y las demandas de los grupos sociales frente al Estado, plantean nuevos desafíos en materia de política pública" a los gobiernos.

    Los países "enfrentan el reto de seguir impulsando los progresos significativos en la reducción de la pobreza y el desempleo, así como ampliar los incipientes avances en la distribución del ingreso, alcanzados en conjunto con la consolidación democrática, la estabilidad macroeconómica y las políticas sociales".

    El tema de la pobreza en la región es abordado en el informe desde las perspectivas del ingreso de las personas y de forma "multidimensional", que abarca la vivienda, los servicios básicos, la educación, el empleo y la protección social por el Estado, así como el estándar de vida (ingresos monetarios y posesión de bienes). "Se considera que una persona es pobre, si tiene carencias en más de una de esas dimensiones".

    Con esos parámetros estima que entre 2005 y 2012, "la pobreza multidimensional se redujo, como promedio para 17 países, de 39% a 28%, porcentajes que son similares a los de pobreza por ingresos".

    La CEPAL concluye que "la formulación de políticas eficaces para superar la pobreza requiere tomar en cuenta dicha heterogeneidad. Difícilmente existirán soluciones de política que produzcan resultados similares en todos los países". Y sugiere que las políticas de los gobiernos para reducir la pobreza se diseñen e implementen de manera coordinada entre los distintos sectores de la sociedad.

    Entre sus recomendaciones a los gobiernos, figuran: Consolidar el gasto social como instrumento de política fiscal contracíclica con un control más eficiente; crear espacios para su financiamiento; diseñar nuevas políticas públicas asociadas a la inversión social con mecanismos que aumente su eficacia y sostenibilidad.

    Además, recomienda que se planifique la inversión en innovación, educación y empleo dirigida a los segmentos juveniles, generando bases sólidas para la igualdad, así como políticas activas de cuidado (a personas enfermas o no autovalentes) y la liberación de tiempo para la inserción laboral de las mujeres.

    Es evidente que ningún gobierno llevará adelante estas recomendaciones sin una fuerte presión por parte de las organizaciones sociales, los sindicatos junto a ellas.

    Las manifestaciones de la juventud peruana que lograron la derogación de la Ley Pulpín, bien pueden marcar el inicio de este proceso.
     
    Rel-UITA
    29 de enero de 2015