Este proveedor de depósito de la transnacional ha respondido a la lucha de los trabajadores por sus derechos, con la intensificación de abusos anteriores. En el transcurso de esta larga disputa, los contratos anuales ya precarios fueron sustituidos de forma unilateral por contratos trimestrales, precarizando aún más los derechos.
Los trabajadores de esta empresa proveedora de PepsiCo no reciben contratos escritos en un idioma que puedan entender: firman un documento en inglés y se les informa verbalmente de la duración de su contrato.
Y PepsiCo, que dice tener un estricto código de proveedores y gran dedicación a las normas internacionales de derechos humanos, defiende firmemente las prácticas de este proveedor.
Las conversaciones directas entre la UITA y PepsiCo, incluida la mediación bajo los auspicios del Punto de Contacto Nacional del gobierno de los Estados Unidos de las Directrices de la OCDE para empresas multinacionales, fracasaron.
La negativa de PepsiCo de reconocer y remediar las violaciones de derechos humanos la hacen cómplice del abuso de estos derechos: complicidad que deja muy mal parado su código de proveedores y la dedicación a los derechos humanos que dice poner.
¡BASTA DE PEPSICOMPLICIDAD!