Nestor Bonfati, señala que en relación a la producción de leche en las pequeñas propiedades familiares el proceso es muy diferente que en el resto de la cadena productiva.

“La producción familiar de este tipo de materia prima requiere una serie de cuidados que van desde la cría del animal, su alimentación, su salud y la incidencia que tiene esto en la calidad final del producto en este caso la leche”.

Indicó además que “cuando nos dicen que los productores del sur van a estar obligados a continuar con la producción de leche eso no es así, porque si los productores, sean ellos pequeños, medianos o grandes dejan de percibir ganancias, migrarán hacia otras actividades.

“Actualmente muchas de estas familias están migrando a otras ramas de actividad porque no tienen ninguna garantía que las empresas industrializadoras compren la materia prima que producen durante todo el año”, enfatizó.

Por otra parte estos productores tienen en contra también el hecho que en Brasil, de acuerdo con la legislación vigente, cuando alguna de las empresas para las que producen se declara en quiebra, los proveedores de materia prima son los últimos a ser tomados en cuenta a la hora de percibir los adeudos.

“Este tipo de situación está terminando con los productores tamberos del sur de Brasil, sencillamente porque la actividad no les resulta rentable ni segura”, aseveró.

En su análisis final Bonfati afirmó que las empresas lácteas, cuanto más grandes menos sociales resultan, “solo les interesan sus propias ganancias, y nada importan los trabajadores y trabajadoras de la industria ni las familias rurales que suministran la materia prima. El lucro es lo único que las moviliza.

La industria lechera debe ser integrada con los productores de materia prima, debe valorizar a este eslabón de la cadena como primordial para éxito del sector.

Cuando no haya más tamberos, no habrá tampoco industria láctea”, concluyó.