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Trabajadores de Coca siguen movilizados un año después de despidos
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Desde entonces, los trabajadores se turnan para mantener una instalación improvisada que ha ido creciendo y que para muchos de ellos se ha convertido casi que en una segunda casa.
Hay allí una tienda de campaña, una cocina, un gallinero, una despensa, mesas, camas, televisión, una estufa…
Más allá de la verja que marca el ingreso al complejo fabril apenas hay movimiento, señala una crónica publicada en eldiario.es. “Tan sólo los pasos lejanos de algún vigilante jurado”, y de tanto en tanto el pasaje cuasi clandestino, por una puerta situada en la otra punta, de camionetas que se llevan materiales de lo que fuera una esplendorosa planta de fabricación de bebidas.
La nota de la publicación digital apunta que los trabajadores coordinan entre ellos a través de grupos de whatsapp para no dejar nunca abandonada la fábrica e impedir que sea vaciada a cuentagotas.
“Hay turnos de mañana, tarde y noche. Desde que vimos entrar gente para desmantelar la usina los hemos doblado, ahora toca cada cinco días más o menos”, dijo uno de los acampantes.
En una garita situada a la entrada de lo que han llamado el “Campamento de la dignidad”, los trabajadores han colocado copias de las resoluciones de la justicia sobre el conflicto.
“Sindicalmente nos ha ido muy bien. La justicia nos ha dado la razón en todas sus decisiones, una tras otra”, dice Serena a La Rel.
“Sentencia tras sentencia, ha fallado que la decisión del cierre era ilegal, que no era ajustada a la legislación laboral española y que violaba los derechos de los trabajadores. Lo hemos podido demostrar en todas las instancias”, subrayó.
Pero el largo procedimiento judicial continúa.
Coca Cola Iberian Partners recurrió también ese fallo, y se está a la espera de que el Tribunal Supremo se expida.
“Lo relativamente positivo es que la justicia obligó a la empresa a pagarles a los despedidos sus salarios íntegros, aunque no trabajen y estén en sus casas”, observa el gremialista.
Pero a pesar de los triunfos en los tribunales la situación es desgastante. Los trabajadores afectados, que tienen una media de edad algo superior a los 45 años, y sus familias “viven una situación de incertidumbre que termina siendo angustiante”.
“Ellos quieren trabajar, y nosotros insistimos en que es posible adoptar un plan industrial que garantice las fuentes de empleo y la actividad de las plantas”, señala el sindicalista de UGT, central que afirma representar a más de la mitad de los empleados sindicalizados de Coca Cola en España.
“Todo este tiempo pasado no nos ha hecho abandonar el combate. Por el contrario. Si hay algo seguro en todo esto es que seguiremos luchando”, se despide Serena.