Euclides Sánchez, senador por la provincia de Vega, donde está ubicada la mina, sobre la cordillera central, elevó al parlamento un proyecto de ley para declarar a Loma Miranda parque nacional, y con ello convertirla en santuario inviolable.

 

 

Los recursos naturales afectados nunca vuelven a ser iguales, señala.

 

El ingeniero forestal Eleuterio Martínez elaboró un detallado informe sobre los daños que causaría la explotación de la mina.

 

Según dijo, 420 mil personas vinculadas a la agricultura en ocho provincias y localidades, tanto cercanas como lejanas (San Francisco de Macorís, Salcedo, Samaná, El Pino, Rincón, Jima, Fantino, Nagua, La Vega, Bonao), verían afectada su calidad de vida y la productividad de sus tierras debido a la contaminación por sales de cromo y otros metales pesados.

 

La sal de cromo arruinaría las aguas de los arroyos Berraco, Hatillo, Blanco, Guaní y Guardarraya, que salen de Miranda para alimentar la Presa de Rincón, y 122.000 hectáreas cultivadas con arroz sufrirían severos daños.

 

Alrededor de un centenar de las 201 plantas endémicas de la República Dominicana desaparecerían, con el desmonte de la capa boscosa, en particular un bosque de pinos endémicos y múltiples asociaciones que originan una de las redes de agua más profusas del territorio nacional.

 

Un estudio de la Academia de Ciencias indica que Loma Miranda constituye uno de los últimos refugios naturales de buena parte de las especies de la flora dominicana en peligro de extinción.