-Esta es tu segunda participación en un taller de estas características. ¿Qué te pareció esta edición?
-Fue muy buena, sobre todo porque se trataron temas de interés general como el cambio climático y sus efectos en el mundo del trabajo, y quedó en evidencia que a esos temas hay que darles visibilidad e importancia de manera urgente.  

Los expositores estuvieron a la altura de las expectativas los trabajadores que participamos. Los temas abordados, como el uso indiscriminado de agrotóxicos y sus impactos en el ambiente y en nosotros mismos, son centrales.

En Honduras lo estamos padeciendo a partir de la absurda extensión del cultivo de palma africana, de 160.000 hectáreas en la actualidad y con proyección de doblar ese número.

Este fenómeno viene devastando el suelo y desplazando a los campesinos y comunidades originarias.

Los granos básicos que forman parte de la dieta de los hondureños, como el arroz y el frijol, los estamos trayendo del exterior.

Lo más paradójico de esto es que los importamos de Etiopía, un país donde la mayoría de la población pasa hambre.

-¿Cómo está la situación política en Honduras?
-Más complicada incluso que cuando el golpe de Estado en 2009. El actual gobierno tiene el mismo corte que el que dio el golpe contra el presidente Zelaya, y el país está completamente militarizado.

-¿Cuál es la situación con el Instituto Nacional Agrario (INA), continúa el proceso contra el Sindicato?
-Con los altibajos de siempre, pero mejorando. Al menos ahora se ha instalado una mesa de diálogo con el nuevo director del Instituto, Ramón Lara Buezo, que a pesar de haber sido designado por este gobierno es una persona sensata con la que se puede hablar y recuperar algunas cuestiones que se habían perdido.

-¿Qué evaluación haces de la Fetral?
-La Fetral viene a fortalecer al movimiento sindical en el sector y nos dará otra capacidad de fuego para enfrentar los problemas y desafíos que se presentan a lo largo del continente que son muy similares.

Nosotros felicitamos a la Rel-UITA por esta decisión que es la suma de años de trabajo organizando sindicatos, brindando la más amplia solidaridad y atenta siempre a las problemáticas que padecen los trabajadores y trabajadoras rurales.