“Nosotros no olvidaremos a Berta”, se gritó en el auditorio de la Federación en la ciudad de Buenos Aires.

En esta sociedad capitalista y machista donde la mujer debe ser obediente, callada, sumisa y propiedad del hombre, donde es la reina del hogar pero una persona sin ciudadanía, se reprime con severa violencia a toda aquella compañera que se destaque por su militancia, bravura, entrega, por ser protagonista, osada y rebelde.

A Berta la asesinaron por ser dirigenta, por ser india, por ser revolucionaria y por ser mujer.

Un mal ejemplo para quienes se sienten propietarios del mundo y consideran a la mujer una mercancía más.