En Buenos Aires, Nelson Godoy
Con José Alberto Fantini
"Los trabajadores no pueden pagar el precio de la crisis del sector"
Han cerrado 130 plantas frigoríficas y unos 12 mil trabajadores han sido despedidos desde 2009
Foto: Gerardo Iglesias
Ante la grave situación que atraviesa la industria frigorífica, con la reciente suspensión de trabajadores de dos plantas del Grupo Marfrig en las provincias de Santa Fe y Córdoba, La Rel dialogó con el secretario general de la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados.
-¿Cómo está la situación con el Grupo Marfrig?
-Como todos los frigoríficos del país, cuando no se deja exportar, empiezan con problemas y suspenden gente.
Marfrig, como los negocios no daban lo que pretendía, cerró su planta en Vivoratá, cerca de Mar del Plata, y suspendió sus actividades en Hughes (Santa Fe) y en Unquillo (Córdoba). Cada una de ellas empleaba a más de 500 trabajadores.
Esto lo llevamos al gobierno. Fuimos en nombre de la Federación a acompañar a los empresarios. Nos recibieron el jefe de gabinete, Jorge Capitanich, el secretario de Agricultura Carlos Casamiquela, el ministro de Trabajo Carlos Tomada, y representantes del Ministerio de Trabajo de Santa Fe.
Se explicó la situación, se acordó que Marfrig pagara la garantía horaria que teníamos antes de los despidos (unas 140 horas mensuales por los meses de febrero y marzo), y que el gobierno hiciera tratativas para que estas plantas siguieran funcionando a través de un mecanismo que las ayudara a subsistir.
Hoy estas plantas cierran y no hay nadie que las quiera, no se pueden comprar porque no hay previsibilidad en nuestro trabajo. El gobierno va a tener que trabajar muy duro para recomponer la situación en un sector en crisis.
Una deuda pendiente con los trabajadores
130 plantas cerradas y 12 mil empleados en la calle
Desde 2009 que pasamos por esto: no exportación, cierre de plantas, sequías, pérdida de ganado. Va a llevar varios años revertir este panorama.
El gobierno escuchó que tiene que haber diálogo. Sabe que tiene una deuda pendiente, más con los trabajadores que con los frigoríficos. Los frigoríficos dejan de perder plata cerrando sus plantas, pero nosotros perdemos lo más importante: el trabajo.
Han cerrado 130 plantas frigoríficas y unos 12 mil compañeros han sido despedidos desde 2009. Nunca más los recuperaremos si no cambia la situación urgentemente.
¿Las cooperativas, una solución?
-¿No puede ser una solución la creación de cooperativas?
-En la provincia de Buenos Aires hay cooperativas que trabajan como tienen que trabajar, pero otras rompen el mercado porque salen a vender la carne más barata.
No pagan impuestos, sus trabajadores no cobran lo que tienen que cobrar, están sin obra social, y se llenan de plata dos o tres vivos.
Pienso que se tiene que hacer un trabajo a futuro, pensar un poquito más en el país, que ha perdido miles y millones en divisas por no poder exportar. Eso es lo que estamos discutiendo con el gobierno: que deje exportar, que los frigoríficos aporten carne barata y que si aumenta que no aumente tanto.
Los trabajadores también somos consumidores y nos preocupamos por el valor que tenga la carne. Pero no tiene que ser a costilla de los trabajadores. Cada vez que aumentó la carne nosotros perdimos fuentes de trabajo, y eso no lo tenemos que permitir.
-¿En el sector avícola que está sucediendo?
-Es un sector en que se ha invertido mucha plata, al que le ha ido muy bien en un momento. También el Estado le debe mucho por concepto de devolución de prestaciones y algunas empresas se han visto perjudicadas.
La industria avícola está dialogando con el gobierno en este momento, pero no se ven soluciones. Queremos que haya algo más concreto, no queremos sufrir amenazas todas las semanas de que puede haber más cierres de plantas.
Si hay que ir al conflicto, iremos
-¿Cuál es el panorama en las paritarias?
-En el sector de la carne tenemos una modalidad distinta. Vamos al Ministerio de Trabajo cuando ya está casi todo terminado, porque siempre hubo buen diálogo.
Pero vamos a seguir insistiendo en defender lo nuestro. Si dicen que no, iremos al conflicto allí donde haya que ir. Los trabajadores de la carne no se merecen estar en desigualdad de condiciones con otros trabajadores.
Los salarios son una parte ínfima del problema del sector, y no inciden en los precios que deben pagar los consumidores por la carne.
Por otro lado, hemos pedido que a las negociaciones sean invitados también los ganaderos. Tienen que formar parte de la mesa de discusiones, junto a los trabajadores, al Estado y a los empresarios.
El gobierno debe darles incentivos, porque son ellos los que cuidan a los bichos. Si no se los da, los ganaderos se van a ir para la soja, y ahí todos saldremos perdiendo.
Rel-UITA
28 de marzo de 2014