En Montevideo,
Un jugador con dos balones
El futuro del sector bebidas de PepsiCo
El jugador se llama Nelson Peltz, nació hace 71 años en Nueva York, es millonario y se ha hecho famoso por su desempeño en el no siempre juego limpio de los negocios. Es conocido por invertir en empresas del sector alimentario y de restauración para elevar el precio de las acciones y después venderlas.
Una de sus más elaboradas jugadas la realizó en 1997 cuando adquirió por 300 millones de dólares la compañía Snaplle la cual, después de sanearla, vendió tres años más tarde a Cadbury por 1.500 millones de dólares. En 2008, convenció a Cadbury de prescindir de Dr. Pepper -la popular bebida carbonatada-, dos años más tarde Cadbury fue adquirida por Kraft y 18 meses después, impulsó a Kraft a dividirse en dos: KFG, donde concentró el negocio de comida (quesos, sopas, etc.) y Mondelez International, donde quedó el sector de snacks (chocolates, galletas, chicles, caramelos, etc.).
En los últimos seis años Peltz ha invertido en compañías de la talla de Schweppes Cadbury, Heinz y Kraft Foods, con la característica de que en todas ellas se produjeron cambios operacionales. El año pasado adquirió acciones de la transnacional francesa Danone, y no parece ser una casualidad que desde entonces la compañía venga anunciando planes para dinamizar las operaciones en Europa, donde sus ventas y ganancias cayeron en 2012.
Su última jugada conocida ocurrió en marzo del presente año, cuando adquirió participaciones en Mondelez International y en PepsiCo, con una inversión conjunta de 2.000 millones de dólares1 a través del fondo de inversión de su propiedad Trian Fund Management.
Esta doble inversión llevó al nada sensacionalista periódico británico The Telegraph a informar que la intención de Peltz sería buscar la fusión de ambas compañías. Según los rumores circulantes, el inversor pretende que PepsiCo deje su unidad de bebidas -que no pasa por un buen momento- y adquiera Mondelez International. Si bien ambas compañías han desmentido esta posibilidad, Peltz aseguró haberse reunido con la CEO de PepsiCo, Indra Nooyi, para discutir el plan y que lo mismo tenía previsto realizar próximamente con Irene Rosenfield, consejera delegada de Mondelez. De concretarse la fusión se crearía un gigante de snacks dulces y salados, con un número importante de valiosas marcas globales.
De manera que uno de los balones con los que juega Peltz es nuestra bien conocida PepsiCo, por lo cual no nos detendremos en su análisis. No obstante, para entender lo que el jugador está pretendiendo, debemos recordar que PepsiCo es producto de la fusión ocurrida en 1985 entre Pepsi y Frito Lay. Actualmente, por un lado tiene la división de bebidas, con marcas como Pepsi, Mirinda y algunas aguas, junto a adquisiciones posteriores como Gatorade, Sobe y Tropicana. Y por otro la división de comida, donde encontramos a Lay’s, Doritos, Cheetos, Walkers, Sabritas, Halls, así como las marcas de Quaker adquiridas en 2001.
Se trata de una compañía que ocupa la primera o segunda posición en casi todos los mercados donde opera. Además, la división comida de PepsiCo ya trabaja de forma bastante independiente desde Texas. Existen accionistas, a los que ahora se sumaría Peltz, que entienden que ambos negocios -comida y bebidas- tendrían más valor separados que juntos.
El otro balón es Mondelez, como vimos anteriormente nacida de la división de Kraft, tiene su sede en Deerfield Township (Illinois), está presente en más de 80 países y con 100.000 empleados registra ingresos anuales por 32.000 millones de dólares.
En medio de este panorama surge la pregunta: ¿qué pasará con Pepsi? Y es ahí que aparece otro jugador global también especialista en fusiones, nuestra conocida AB InBev. Es sabido que los orígenes de esta transnacional se encuentran en Brasil (cuando en los años 90 fusionaron las cerveceras Brahma y Antarctica) y que en este país, desde hace muchos años, es InBev el embotellador y distribuidor de las marcas de Pepsi. Esta sociedad se ha extendido a otros países, por ejemplo Uruguay, alcanzando incluso el nivel de compras conjuntas de materias primas. Según la estrategia que vienen utilizando estos jugadores globales, parece lógico que uno de los embotelladores más grandes de Pepsi en todo el mundo -InBev- termine adquiriendo y fusionando las operaciones.
Desde el punto de vista de los trabajadores, salvo la consabida pérdida de puestos de trabajo que ocurre cuando se producen fusiones de este tipo, nada debemos esperar. Con las tres compañías mencionadas, PepsiCo, Mondelez International y AB InBev en estos momentos, en algún lugar del mundo, una afiliada a la UITA se encuentra en conflicto. La consigna entonces es permanecer atentos y redoblar la solidaridad.
Rel-UITA
22 de julio de 2013
1) 1.200 millones de dólares en Mendelez International y alrededor de 950 millones en PepsiCo.