En Porto Alegre,
Brasil
MIGRACIÓN | LIBRO
CIBAI-Migraciones, MJDH y Rel-UITA
Con Jair Krischke
Con Jair Krischke
Las piedras rodando se encuentran
Alianza solidaria promueve libro sobre migrantes
João Marcos Cimandon y Jurandir Zamberlam (CIBAI)
Así como en los años setenta Porto Alegre fue tierra de refugio para refugiados políticos de las naciones vecinas, hoy lo es para emigrantes expulsados de sus tierras por la aplicación de políticas neoliberales, en particular haitianos y senegaleses. Junto al MJDH, y el CIBAI, La Rel-Uita está participando en acciones de apoyo a estos trabajadores.
Hace escasos días, en Porto Alegre, la investigación sobre la presencia creciente de haitianos en la industria frigorífica en el sur de Brasil nos deparó una grata sorpresa.
Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH), sugirió una reunión con el Centro Ítalo Brasilero de Asistencia e Instrucción a las Migraciones (CIBAI-Migraciones), transformándose luego en un punto de encuentro de voluntades y experiencias que procuran la dignificación del trabajo y la valorización de la solidaridad como un valor irreductible.
Allí germinó la idea de apoyar e incrementar el tiraje inicial del libro del CIBAI Los nuevos rostros de la inmigración en Brasil. Haitianos en Rio Grande del Sur para su distribución entre nuestros afiliados.
Con Jair hablamos sobre este encuentro, sus derivaciones y la migración en Rio Grande del Sur.
-¿Cómo evalúas el surgimiento espontáneo de esta articulación de capacidades entre la Rel-UITA, el MJDH y el CIBAI?
-Como algo muy natural, como debe ser cuando organizaciones se encuentran desde la experiencia real y la práctica.
El CIBAI-Migraciones se fundó en 1953, con la llegada de un sacerdote de la Congregación Scalabriniana a Porto Alegre para integrar el Secretariado Católico de la Migración. En aquel entonces se atendía a la inmigración de posguerra: austríacos, húngaros, yugoslavos y especialmente italianos.
En los años setenta, con el advenimiento de las dictaduras inspiradas en la Doctrina de la Seguridad Nacional, la migración cambió su rostro, y Porto Alegre se convirtió en tierra de asilo para uruguayos, argentinos, chilenos y bolivianos, entre otros.
Fue en esa época que coordinamos distintas labores con el CIBAI, para solidarizarnos con esa gente que escapaba del terror promovido por los militares. Por lo tanto estamos hablando de un mutuo conocimiento desde hace muchos años.
A esto hay que agregar que, a su vez, nuestro Movimiento y la Rel-UITA nos conocimos en aquella época- tan efervescente como complicada- a partir de que fuimos presentados por Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos en Uruguay, e instalamos una relación que dura hasta nuestros días.
La inmigración cambia de rostro
La solidaridad es la misma
-Y ahora, como en los setenta, la migración vuelve a cambiar de rostro y nos enfrenta a nuevos desafíos...
-Sí, ahora estamos ante la migración masiva de haitianos, africanos y –para mi sorpresa- también de dominicanos y dominicanas, que llegan a estas tierras escapando a la barbarie neoliberal que ahoga a esos pueblos, sepultándolos en el mayor abandono y exclusión.
- Brasil los ha acogido de manera muy solidaria…
-Es cierto, no se puede negar, pero el país no está preparado y esta llegada masiva está dejando entrever la falta de políticas públicas para enfrentar con éxito y dignidad este importante desplazamiento de personas.
Ni el estado central, ni el municipio, ni el gobierno estadual cuentan con las infraestructuras necesarias ni con legislación adecuada.
Esta es la realidad, estas personas están acá y nosotros tenemos que darle una solución al tema. Lo primero es ofrecer solidaridad, cosa que hace muy bien el CIBAI.
-El libro que se publica esta semana justamente habla de una problemática a menudo desbordante.
-El libro llega en un momento muy oportuno, porque necesitamos más información, un contacto más directo con estas personas para luego poder coordinar acciones solidarias y de apoyo más efectivas.
El primer paso es conocer su realidad, y este libro aparece entonces no sólo como un buen material informativo sino también como una herramienta de trabajo.
-Cuéntanos un poco sobre el trabajo junto al CIBAI...
-Como lo mencioné, hace más de 30 años que trabajamos en coordinación con el CIBAI, pero esta sociedad era más bien dirigida hacia los refugiados políticos de las dictaduras de la región.
Con el CIBAI buscábamos dar refugio y también brindábamos apoyo psicológico y práctico, por ejemplo en los trámites a realizar ante el ACNUR (el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados).
El Centro tiene experiencia, seriedad e infraestructura suficientes como para trabajar con los migrantes, por lo que es muy importante que contemos con su respaldo para poder elaborar las directrices de trabajo que se requieren ante este nuevo fenómeno migratorio.
En este contexto, quiero resaltar la importancia de la participación de los sindicatos, porque la gente que está llegando ahora no es enemiga de los trabajadores brasileros, son compañeros de clase que debemos respaldar.
-En estas tierras camperas de Rio Grande del Sur tienen un dicho: las piedras rodando se encuentran....
-Sí, nos encontramos, y lo mejor y más importante es que nos conocemos, quiero decir que a pesar de que el encuentro no se dio formalmente, todos sabemos qué es la Rel-UITA, qué es el MJDH y qué es el CIBAI, y también sabemos que el problema es grande y debemos unir fuerzas para enfrentarlo.
Afortunadamente la historia común de trabajo nos respalda.
Gerardo Iglesias, Jair Krischke, João Marcos Cimandon y Jurandir Zamberlam (CIBAI) y Jaqueline Leite
Rel-UITA
22 de septiembre de 2014
Fotos: Rel-UITA