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Cuando se aplaude la misoginia*

El mundo entero está a la expectativa y con la mirada puesta, una vez más, en el norte del continente americano: Estados Unidos. Nuevamente los y las votantes de esa nación nos han sorprendido, eligiendo a un hombre, blanco, poseedor de grandes capitales, ególatra, y sobre todo misógino y machista.
El mundo entero está a la expectativa y con la mirada puesta, una vez más, en el norte del continente americano: Estados Unidos. Nuevamente los y las votantes de esa nación nos han sorprendido, eligiendo a un hombre, blanco, poseedor de grandes capitales, ególatra, y sobre todo misógino y machista.

El país más “poderoso” del mundo está dividido, obteniendo su victoria en una nación en donde la mayoría no son blancos, ni hombres, son migrantes de diferentes nacionalidades, colores y pensamientos.

El nuevo presidente de  Estados Unidos fue aplaudido y acompañado en sus enfáticas y claras frases de campaña en contra de la dignidad y esencia de las mujeres, eligiendo además un gabinete de gobierno completamente masculino, que durante cuatro años definirá la vida de las mujeres y hombres de ese país.

Mientras tanto, en América Latina, nuestros presidentes hombres no se quedan atrás, sino que compiten en cuanto al despliegue misógino y desvalorización de las mujeres.

Ahí tenemos al presidente de Paraguay, Horacio Cartes, quien vino a Uruguay en octubre de 2016 a “vender” a su país, comparándolo a lo que él piensa es fácil de usar y acceder: una mujer bonita.

Paraguay es como esa mujer bonita, que cada mañana se pone su mejor vestido y se pone maquillaje…Paraguay es fácil. Paraguay es como esa mujer bonita”, dijo textualmente.

Por suerte, hubo alguien que no dejó pasar esta clara aseveración, lo indignante es que quien lo increpó fue una mujer, joven, periodista; pero el resto de los asistentes, entre prensa y funcionarios de gobierno, no dijeron nada, simplemente le aplaudieron, e hicieron caso omiso a lo que la joven mujer había dejado ver como una expresión machista.

La historia pasó a más. Uruguay y sus empresarios están considerando invertir en Paraguay…considerando los comentarios del presidente como detalles sin importancia frente al desarrollo de ambos países.

No muy lejos, en Chile, el presidente de la Asociación de Exportadores de Manufacturas, Roberto Fantozzi, no tuvo mejor idea que entregar al ministro de Economía Luis Felipe Céspedes, una muñeca inflable.

Ese acto se selló con una flamante fotografía en la que aparecen el ministro de Energía, Andrés Rebolledo, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran, y los precandidatos presidenciales José Miguel Insulza y Alejandro Guillier, y por supuesto la muñeca inflable en medio de todos.

Nuevamente reaccionan mujeres: Michelle Bachelet, presidente de Chile y la ministra de la Mujer, Claudia Pascual, y los hombres hicieron uso de la palabra nuevamente para decir que ellos también “tienen esposas e hijas” dentro de sus propiedades…claro está.

Estos tres acontecimientos no son nada nuevos, ya que en América Latina la misoginia y el odio a las mujeres viene haciendo grandes apariciones estelares desde hace mucho tiempo.

El múltiple asesino y dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt comparó años atrás a la Constitución con las mujeres: “nacieron para ser violadas”, dijo.

En aquellos momentos esta frase ya no era apología del delito, ya que él había desaparecido, asesinado y violado poblados enteros.

Los trabajadores y las trabajadoras hemos transgredido y hemos alzado la voz sin miedo y sin temor a las represalias por expresarnos. Hemos sido siempre los y las que con agudo oído y fina visión oímos y vemos cada expresión de odio hacia las mujeres y hacia las poblaciones vulnerables.

Por ello, debemos estar atentos y atentas para no aplaudir y mucho menos avalar situaciones que menoscaben o lesionen la dignidad de las personas, y sobre todo de las mujeres, que a través de la historia hemos sido objeto y botín de guerra.