Un tiempo llevan ya los argentinos consumiendo pan elaborado con harina de trigo transgénica.

Son hasta ahora los únicos en padecerlo, pero la autorización dada a fines de agosto de 2024 por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos a la siembra y comercialización de trigo genéticamente modificado hace temer que el engendro se extienda.

La inocuidad de este cereal “no convencional” no ha podido ser probada de manera independiente, pero en mayo de 2022 la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ya había determinado que era seguro para consumo humano.

En el siguiente material buscamos arrojar un poco de luz sobre un tema que escapa a los medios de comunicación hegemónicos y que es necesario que conozcamos como trabajadores y como consumidores.

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