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Con Jair Krischke

Brasil está que arde

Brasil atraviesa una crisis que afecta a los tres poderes, y el escenario político y social se traduce en un descontrol que va más allá de la Amazonia, dice el presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos y asesor de la Rel UITA Jair Krischke.

-Es sabido que los incendios provocados en la Amazonia no son algo nuevo. ¿Qué cambió en este caso?
-Es verdad que estos incendios han sido cíclicos, pero comparados a los anteriores los de este año son extremadamente más significativos y esto sucede porque el actual presidente Jair Bolsonaro, desde su campaña electoral ya reproducía un discurso de liberación de la deforestación y las quemas de la selva.

La fiscalización, que debe ser realizada por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA), fue completamente desmantelada. En Roraima, el estado donde se producen la mayoría de los incendios, hay apenas un fiscal y dos burócratas.

Bolsonaro desmanteló y desmovilizó la estructura de fiscalización y para colmo de males salió a culpar a las ONG de estos incendios, sin prueba alguna y realizando comparaciones tan disparatadas como absurdas.

-Y eran estas organizaciones las que fiscalizaban esa zona…
-Claro. Las mismas que son blanco de las acusaciones infundadas de Bolsonaro, eran las que sí cumplían con ese rol de monitoreo sobre la selva amazónica, que debe ser un deber del Estado.

Por el contrario, este gobierno está dejando que se queme e incluso incentivándolo.

Uno de los aviones bomberos, que son diseñados específicamente para combatir incendios forestales, fue una donación de Fundamazonia que contaba con la contribución financiera de los gobiernos de Alemania y Noruega, algo que se perdió debido a la falta de diplomacia y a un discurso tribunero del presidente.

Bolsonaro no ha abandonado su discurso de campaña, no se bajó del atril electoral y parece no entender que esta postura de decir lo que se le cruza por la cabeza, una sarta de estupideces por cierto, está dejando a Brasil muy mal parado a nivel internacional.

Impresentable

-¿Hay una política de “desgobierno” en este caso de la Amazonia, entonces?
-Se puede decir que sí porque debido a la postura de desmantelar el aparato de Estado, que ya era precario, para combatir estas quemas de la selva amazónica o la tala, Bolsonaro todavía libera y flexibiliza estos procesos.

Por su pelea con los gobiernos, alemán y noruego, las ONG se quedan sin recursos y dejan de cumplir el rol de monitores que frenaba bastante a los grileiros, madereros y ruralistas que invaden la selva para quitar sus recursos.

Es una cadena que hizo que la situación explotara. La postura ignorante, arrogante y grosera con la que Bolsonaro se dirige a todos, pero en especial a sus pares europeos como Angela Merkel y Emmanuel Macron, es de una bajeza tal que creo que ni siquiera sus adeptos la pensaban posible.

Por otra parte vive con una psicosis de que lo quieren derribar y lanza teorías conspiratorias a diestra y siniestra, como que el dinero que mandaba Alemania sería usado para sacarlo del gobierno.

¿El principio del fin?

-¿Cómo están reaccionando los movimientos ambientales y sociales ante esto?
-En enero, recuerdo haber dado una entrevista sobre los primeros días de Bolsonaro en el gobierno y dije: “quienes están manteniéndolo en el poder son los militares, lo que no sé es hasta cuándo” y pienso que ahora no saben cómo sacárselo de encima.

Creo que ya la cúpula militar se está cansando de toda la cantidad de disparates que dice el presidente.

El jueves de la semana pasada tomaron medidas sobre el tema de la Amazonia y mandaron efectivos para ayudar a controlar los incendios. Y el viernes el presidente tuvo que emitir una cadena nacional –creo que obligado por los militares– para bajar el tono de su discurso ante los medios.

Para mi sorpresa, cuando fue la hora de que iniciara la cadena en televisión, acá en el centro de Porto Alegre arrancó un caceroleo imponente.

Yo estaba reunido con algunos compañeros y compañeras en la sede del MJDH y una de ellas me dijo: “Comenzó la caída de Bolsonaro”.

Esperemos que así sea.