-Todo sigue mal en Bimbo, ¿no?
-A partir de la finalización de las negociaciones por el convenio colectivo, en junio de 2018, volvimos a caer en omisión por parte de la empresa.
En materia de derechos de los trabajadores, dejó de cumplir con beneficios que los compañeros tenían establecidos. A raíz de eso, la comunicación se ha deteriorado y la compañía sigue sin dar respuestas concretas sobre algunos temas puntuales.
En febrero pasado, presentamos ante el Ministerio del Trabajo un pliego en el que recogemos la mayoría de las violaciones que la empresa ha venido cometiendo, con la intención de frenar esos ataques.
Se ha dado, además, una veintena de despidos disfrazados, donde tenemos presencia sindical hemos parado el despido o hemos logrado que se pague la liquidación en su totalidad.
Nuestro temor es que se venga una marea de despidos.
Por otra parte, llevamos tres años esperando que se satisfaga una demanda de salario mínimo que presentamos en 2016. Lo peor es que el Ministerio de Trabajo le ha aceptado a la empresa todos los recursos dilatorios que ha interpuesto. Tres años esperando es demasiado.
Asimismo, hace cinco meses que no se reúne el comité de empresa. El jefe de personal dice que es innecesario, algo increíble.
¿Cómo se sale de esta situación?
-Nosotros esperamos que con el apoyo de la UITA y con el recurso del pliego ya asentado en el Ministerio del Trabajo se tome otro rumbo.
-¿Cómo ves la resolución que tomó el Comité Ejecutivo Latinoamericano de la UITA, en su última reunión en Buenos Aires, de crear una Coordinadora de organizaciones que representan a Bimbo?
-Nos parece fundamental. Los que tenemos un tiempo en el movimiento sindical vemos que la unidad es un punto central.