Mientras los agroexportadores han acrecentado fuertemente sus ganancias en los últimos años, sus trabajadores, en gran parte mujeres, laboran en pésimas condiciones, como lo denuncian dirigentas del Sindicato de Alsur Perú SAC, empresa peruana-española exportadora de alcachofa.

En un alto del taller de capacitación “Los derechos laborales en el sector industrial y el agro”, organizado por la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Alimentos, Bebidas y Afines (FNT-CGTP-ABA) en Arequipa, La Rel conversó con dirigentas del Sindicato Único de Trabajadores de Alsur Perú (SUTAP).

Marleny Loaiza Almanza, secretaria general, Juana Tapara Salcedo, secretaria de Defensa, y Elsa Huilca Huilla, integrante del SUTAP, denunciaron los abusos que padecen hace más de diez años.

-¿Cuáles son los principales problemas que tienen ustedes con la empresa Alsur SAC?
MLA– El trato que recibimos de las controladoras, incluso del mismo gerente, el español José del Valle Martín, es muy abusivo. Sufrimos muchos atropellos y tenemos ocho pliegos sin resolver.

Hemos cumplido 13 años trabajando y la empresa no cambia. Lamentablemente seguimos porque tenemos necesidades y de eso se aprovecha Alsur. Nosotras tenemos un pequeño sindicato que actualmente tiene 24 trabajadoras afiliadas. Fuimos más, pero por miedo han ido renunciando.

JTS– Constantemente somos suspendidas, marginadas en el pago del sueldo, nos pagan por partes y si reclamamos nos dicen “Si no les conviene, por qué no se van”.

Nos hemos quejado a las autoridades y no recibimos apoyo, a veces nos sentimos incapaces, desahuciadas. Hay compañeras que están delicadas de salud y nadie nos hace caso.

EH– Nos maltratan porque somos del sindicato. Con las otras trabajadoras no son tan implacables como con nosotras. Nos cambian de puesto, no nos dejan estar juntas, no quieren ni siquiera que nos dirijamos la palabra. Pero la necesidad nos obliga, porque la mayoría somos madres solteras y por ese motivo es que aguantamos los maltratos.

-¿Hace cuánto trabajan en esta empresa?
MLA– Yo desde 2006, y no hay mejoras. Al contrario, todos los días ni bien llegamos nos presionan “apúrense, apúrense”. Para mí eso es un maltrato sicológico.

Además, muchas de mis compañeras están enfermas con tendinitis, artrosis, osteoporosis. El trabajo que realizamos es con agua, con insumos químicos que nos están afectando los ojos.

JTS– Yo voy como con 13 años, y nos dan trabajo como si fuéramos nuevas; cuando hay producción trabajamos 2, 3, 4 horas y cuando baja la producción nos suspenden, nos botan, sin derecho a nada, sin previa comunicación.

A la hora de salir, nos dicen “Estás suspendida porque no hay producción, no llega mucho producto”. Y en el tema de vacaciones igual, lo programan a su antojo.

EH– Yo tengo 10 años y no hay nada de valoración. Antes yo trabajaba con las máquinas y a raíz de una “mala fuerza” que hice me duele la columna y las manos.

-¿Cuentan con todos los implementos para trabajar?
MLA– Tenemos uniformes pero solo usan guantes las trabajadoras que han entregado informe médico que lo especifique, y para el informe hay que pagar.

Tuvimos que hacer un esfuerzo grande, si no la empresa no nos da guantes.

-¿En qué consiste el trabajo de ustedes?
MLA– Tenemos que pelar en un minuto de 27 a 30 alcachofas. Antes el producto venía duro, era difícil pelarlo, nos lastimábamos los dedos, hasta sangraban.

Ahora viene un poco suave, no sé qué químicos le echan, pero nunca nos quisieron dar guantes.

Si no se cumple con el récord, nos amonestan. Hicimos una demanda, que ganamos, pero a pesar de eso a cada rato nos dicen: “Tienen que apurarse”, “Tienen que apurarse”.

-¿Cuántas horas trabajas?
MLA– El sindicato ha hecho respetar las 8 horas, porque anteriormente era una explotación tremenda.

El año pasado nos tenían hasta 12 horas. Antes, entre 2009 y 2015, trabajábamos hasta las once de la noche; muchas trabajadoras por ahorrarse el pasaje se iban caminando a sus casas, pero en el camino, como no hay iluminación, algunas fueron violadas. Por esa razón se retiraron del trabajo, por la vergüenza, incluso no hicieron la denuncia.

-Frente a las diferentes irregularidades, ¿qué ha hecho el sindicato?
MLA– El sindicato ha presentado varias denuncias ante el Ministerio de Trabajo y a la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL), por ahora sin éxito.

JTS– Nos hemos quejado a la SUNAFIL, pero cuando llegan, después de un año, la empresa ya arregló. Otro tema son las vacaciones, nunca nos dan.

Según ellos, nunca cumplimos con el récord. Ahora, si nos dan vacaciones, al mismo tiempo nos dan una suspensión. Nosotras nos sentimos maltratadas, hostigadas.

EH– El problema es que no nos escuchan y las demás compañeras no denuncian porque tienen miedo de que las vayan a despedir. Ahora sancionan, nos suspenden 2 días o 3 días, no nos dejan entrar a trabajar y la mayoría tiene miedo.

JTS– A la anterior secretaria de Defensa del sindicato la botaron porque tomó fotos de las inmensas colas a la hora de ingreso y las publicó en Facebook. La despidieron sin derecho a nada a pesar de que trabajaba hacía diez años. Va a hacer un año que está en juicio.

-¿Qué está haciendo el sindicato para que la empresa cumpla con los pliegos?
MLA– El único pliego que se ha resuelto es el de 2010-2011. De los 8 pliegos hemos ido al arbitraje con tres, pero la empresa no ha cumplido.

Nosotras pagamos al árbitro, pero la empresa no pagó al suyo, entonces prácticamente quedó en nada.

El abuso es demasiado, pero como es un sistema agrario, ellos dicen “¿Te vas? No te corresponde nada”. Ahora nosotras les decimos: “Si ustedes quieren que nos vayamos páguennos por lo que nos hemos dañado trabajando, tenemos artrosis, artritis, tendinitis”.

JTS– La empresa es demasiado abusiva y lo peor es que nadie hace nada, como si las autoridades estuvieran pagadas por ellos. A veces vamos a la comisaría a hacer una constatación y tampoco. Últimamente nos dicen que no tienen personal disponible. “Tenemos otras prioridades más urgentes que atender que ustedes”, nos contestan.

-¿Cuál es la justificación de la empresa?
JTS-La empresa dice que no hay ganancias. Yo le digo: “Señor gerente, si no hubiera ganancias ya estaría cerrada”. Nosotras hemos pedido ayuda en todos lados. Al menos contamos con el apoyo de la FNT CGTP-ABA, que nos
capacita.