Personas de la talla de José Lutzenberger, Augusto Ruschi y Aziz Ab’Saber (entre muchos otros que abrieron importantes nuevos horizontes de la investigación científica) revelaron que la naturaleza se comporta como un sistema interconectado sofisticado, donde ciertos tipos de intervención, aparentemente inofensivos, pueden causar estragos gigantescos.
Si no fuera por el genio y el respeto que impusieron a partir de sus trabajos científicos, habrían sido destruidos por los poderosos de la época.
No fueron pocos los políticos sin escrúpulos y empresarios codiciosos que han intentado a toda costa «deconstruir» (para usar una palabra de moda) sus reputaciones.
Ellos dejaron un importante legado que debería inspirar una nueva ética sobre el modelo de desarrollo, especialmente un mayor cuidado en cómo se diseñan e implementan ciertas políticas públicas.
Por lo tanto, es interesante imaginar, ¿qué dirían hoy Lutzenberger, Ruschi y Ab’Saber sobre la crisis del agua sin precedentes en la historia de Brasil?
del mundo
«Hace 35 años, escribí que estábamos en camino a construir en el Amazonas el segundo desierto más grande del mundo. Hoy la predicción se está confirmando.
El primer año posterior a la deforestación es extraordinario: el suelo permanece fértil y produce mucho. Pero después la materia orgánica se infiltra en las profundidades de la tierra y no hay planta que vaya allá abajo a buscarla. Se forma la sabana tropical, después la catinga (semi-árido) y finalmente el desierto«.
Uno de los científicos brasileños más respetados, Aziz Ab’Saber denunció abiertamente el absurdo de haber sido aprobado el nuevo Código Forestal hace casi tres años en el Congreso sin el apoyo de la ciencia. Y predijo consecuencias trágicas para los recursos hídricos.
«Es desconocimiento lastimoso sobre la magnitud de las redes fluviales del territorio intertropical brasileño» (…) A la vista del gigantismo del territorio y de la situación real en que se encuentran sus macrobiomas – la Amazonia Brasileña, el Brasil Tropical Atlántico, las Sabanas del Brasil Central, la Meseta de las Araucarias, y las Praderas Mixta del Brasil Subtropical- y sus numerosos minibiomas, las franjas de transición y relictos de los ecosistemas, cualquier intento de cambiar el Código Forestal debe ser conducido por personas competentes y bioéticamente sensibles«.
Como sabemos, no fue lo que pasó. Prevalecieron los intereses de la bancada ruralista. Mientras tanto: la deforestación amazónica entre agosto y setiembre aumentó un 191%, según datos compilados por el Instituto Imazon.
¿qué dicen?
Pero el legado de Lutzenberger, Ruschi y Ab’Saber sigue molestando. Hasta que alguien decida prestar atención y evitar una catástrofe aún mayor.