En el estudio participaron voluntariamente cuatro familias estadounidenses a cuyos integrantes se les realizaron diversos procedimientos y análisis durante dos semanas consecutivas.
En la primera semana, consumieron los alimentos que forman parte de su dieta habitual, ninguno de ellos orgánico. En la segunda se les suministró únicamente alimentos orgánicos.
Los análisis de orina que se les efectuaron posteriormente con reactivos para detectar la presencia de 14 pesticidas dieron todos “positivo”.
Los niveles disminuyeron drásticamente (en más de 50 por ciento) cuando consumieron únicamente alimentos orgánicos.
El agrotóxico cuya presencia cayó más (95 por ciento) fue el malathion.
Este pesticida, ampliamente utilizado por la industria “biotecnológica” desde la segunda guerra mundial, tiene comprobados efectos sobre el desarrollo cerebral de los niños y ha sido identificado como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud.
(En base a informaciones de O Globo, Brasil)