AGRICULTURA

Se llevaron nuestra tierra

Jueces, fiscales, policía y la brigada especial GEO
desplazan a campesinos e indígenas

Más de un millón de campesinos
fueron expulsados en diez años
Se llevaron nuestra tierra
Jueces, fiscales, policía y la brigada especial GEO
desplazan a campesinos e indígenas
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A pesar de que Paraguay es mucho más grande que otros países de América Latina y dispone de mucha más superficie para repartir, más de 300.000 campesinos no encuentran tierras dónde cultivar.
Con una extensión de 406.752 kilómetros cuadrados, Paraguay es veinte veces más grande que El Salvador y cuatro veces más que Nicaragua.
 
Sin embargo, en esos dos países, que no nadan en la riqueza ni nada que se le parezca y donde las injusticias sociales siguen siendo graves, los campesinos encuentran tierra para trabajar.
 
Y ello se debe a que hay políticas estatales que van en ese sentido. En Paraguay brillan por su ausencia.
 
La tierra en menos manos
La tierra en manos extranjeras
 
Latifundistas nacionales y extranjeros se han hecho de manera ilegal con ocho millones de hectáreas, y las tienen todavía en su poder.
 
En Asunción se siguen otorgando títulos sobre grandes extensiones de tierras habitadas por campesinos o tierras ancestrales de los indígenas. Jueces, fiscales, policía y la brigada especial GEO se encargarán de desalojarlos.
 
En diez años, un millón de campesinos se han visto expulsados de sus tierras y tuvieron que refugiarse en asentamientos y bañados de las ciudades.
 
Y conste que darles simplemente tierras no es una solución al problema campesino.
 
Tiene que ir acompañada de créditos adecuados, de caminos para transportar los productos, de mercados estratégicamente colocados, es decir de una Reforma Agraria Integral, algo que al actual gobierno le provoca pánico.
 
En su libro La tierra en disputa, Luis Rojas dice: “El futuro está abierto y la historia está por escribirse. Las resistencias y luchas campesinas e indígenas muestran la vitalidad y la viabilidad de otro modelo productivo, de otra forma de sociedad”.
 
Hacemos nuestras sus palabras.