Un accidente de un autobús que transportaba jornaleros, sucedido en febrero pasado, fue la pauta para que el SINDJA* solicitara a la nueva secretaria federal del Trabajo María Luisa Alcalde una reunión urgente con el fin de tratar la situación de los jornaleros del Valle de San Quintín, que trabajan en la producción de frutas para la exportación a Estados Unidos.
La reunión se pudo llevar a cabo sólo por la intervención de algunos senadores y gestiones de otros sindicatos fraternos.
La preocupación del SINDJA no solo son los bajos salarios y las precarias condiciones laborales reinantes en la zona.
El accidente dejó al descubierto la vulnerabilidad de los jornaleros, que tras muchos años trabajando pueden estar sin cobertura médica debido a modalidades de contratación intermitentes que se aplican justamente porque los patrones no quieren pagar el seguro social.
Las condiciones de vida en general son muy malas y muchos líderes sindicales están “boletinados”, inscritos en listas para no ser contratados por las empresas tras las movilizaciones de marzo de 2015 que condujeron a la huelga de los jornaleros.
Durante la entrevista radial, las conductoras comunitarias consultaron a Lorenzo sobre las recientes reformas aprobadas por el gobierno, y sobre la posición de la clase trabajadora frente a lo que se ha denominado la “Cuarta Transformación”, conducida por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Lorenzo manifestó que, como todos los mexicanos, la gente trabajadora jornalera se volcó por un cambio de gobierno en gran medida porque se cansó de la situación anterior y con la esperanza de mejores condiciones de vida y de trabajo.
Pero dijo también que se está esperando mucho más de este gobierno.
El Ejecutivo de AMLO “nos metió al mismo costal a casi todas las organizaciones sindicales y creemos que aún no ha visto las diferencias entre los sindicatos independientes, que venimos dando la lucha por sobrevivir y lograr mejores condiciones para los trabajadores, y los que tradicionalmente han sido apéndices de las empresas y los gobiernos estatales”, afirmó.
“No somos iguales, no nos puede dar el mismo tratamiento. Nosotros hemos luchado duramente tan solo para existir como sindicato”, destacó.
En la huelga de 2015, aunque la demanda principal era el salario, el SINDJA planteó otros 14 reclamos. Y fue la fuerza de ese sindicato la que obligó al gobierno de la época de Baja California a formar mesas de trabajo, a las que también acudieron los tres principales sindicatos oficialistas (CTM, que decía representar a 10 mil trabajadores, la CROM, a 15 mil, y la CROC, a 8 mil).
“Los trabajadores no pagábamos la cuota a los sindicatos oficialistas. Eran los patronos los que pagaban al sindicato que ellos querían por el número de trabajadores que supuestamente decían tener, sin que los trabajadores siquiera lo supiéramos.
Y así se aseguraban que ese sindicato iba ser de protección patronal”, recordó Rodríguez.
“Por eso fue que tuvimos que decirle al gobierno que si quería negociar lo que fuera con esas organizaciones era su problema, pero que esas organizaciones no iban a hablar en nombre de los trabajadores en huelga, y que no íbamos a ser representados por ellos porque esos sindicatos nunca se aparecieron por el lugar”.
Los años se han encargado de dejar claro, en efecto, “quiénes son los que han seguido trabajando, luchando, creciendo a nivel de todo el país”.
Por toda esa historia, concluyó el dirigente del SINDJA, los trabajadores y las trabajadoras “esperan más de este gobierno y que sepa diferenciar a las organizaciones independientes y democráticas”.
*El SINDJA se fundó el 28 de noviembre de 2015 en una asamblea de jornaleros llevada a cabo en el Valle de San Quintín, Baja California. También participaron jornaleros de Aguas Calientes, y de Milpa Alta-Ciudad de México, conformándose así las secciones 1, 2 y 3 respectivamente. En 2016 se conformó la sección 4 de Morelos y en 2018 se forma La Sección 5 en el Estado de Jalisco, la más reciente.