¡Por un trabajo estable y digno!

La más baja producción de café en tres décadas, la caída de la cotización internacional y la revaluación del peso, son los efectos de una economía canibalista basada en la “selección natural”.

 

Una economía cada vez más globalizada que tras la diversificación de la oferta exportable, viene desestimulando las actividades económicas agropecuarias con gran valor social, como el cultivo de café del cual dependen cerca de 563.000 familias campesinas que aun orgullosamente practican la agricultura familiar. 

 

Según el gerente general de la Federación de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz Ortega, la razón por la cual se ha visto afectada la productividad corresponde al gran porcentaje de plantas de café en proceso de renovación en los últimos dos años, la cual espera aumentará vertiginosamente en este presente año.

 

Sin embargo, para el ministro de agricultura Juan Camilo Restrepo, los 7 millones 700 mil sacos de 2012, no logran demostrar el crecimiento y liderazgo del sector, tras cuatro años consecutivos sin mostrar recuperación aun cuando el gobierno ha contribuido con subsidios al precio interno y al financiamiento para la renovación de cultivos, lo cual sin duda no parece ser suficiente.

 

Por otro lado para los pequeños productores, responsables del 96 por ciento de la producción, la crisis cafetera no depende de la productividad, ya que un aumento en el volumen de la producción no incrementará los precios nacionales y se está trabajando a perdida haciendo inviable el negocio. Lo anterior preocupa dado que los caficultores tienen créditos que no van a poder cancelar, poniendo en riesgo sus tierras.

 

Según Oscar Gutiérrez, del Movimiento por la Defensa y Dignidad Cafetera, la realidad que padecen los productores se viene enfrentando, desde el primer semestre de 2012, con la movilización cafetera.

 

Sin embargo, los logros alcanzados son escasos frente a la urgente necesidad de respaldo estatal que requieren los caficultores.

 

“Por estas razones los cafeteros realizarán un paro cívico nacional que iniciará el próximo 25 de febrero, con la participación de productores de 12 departamentos que respaldan el pliego nacional de peticiones.

 

Este pliego recoge las necesidades de un precio justo por la carga, la condonación de la deuda cafetera, el control de precio de los agroinsumos, la no injerencia de megaproyectos en las zonas cafeteras, así como frenar las importaciones de café desde Ecuador y Brasil”, explicó Víctor Correa, del Movimiento por la Defensa y Dignidad Cafetera.