El pasado martes 13 de noviembre, fueron desalojados de forma violenta de la tierra donde trabajaban, 250 familias de agricultores en la comunidad de Pindaré-Mirim en el estado de Maranhão.
Según relataron los trabajadores y trabajadoras, el desalojo comandado por la Policía militar fue violento y tuvo como saldo a un herido.
El área está ocupada por los agricultores desde septiembre de 2016 y el movimiento popular pidió al Estado investigar la documentación del territorio, pues hay sospechas de irregularidad.
El presunto propietario, que entró con el pedido de desalojo en la Justicia Federal, ya es investigado por invasión y usurpación de tierras públicas en el área de preservación permanente en el margen del río Parnaíba.
Estas 250 familias en apenas dos años comenzaron una producción de subsistencia de maíz, mandioca, frijoles y arroz y esperaban una suspensión del juicio mientras se realizaban las investigaciones correspondientes.
Es sabido que Maranhão es uno de los estados brasileños junto con Pará que registran los índices más altos de conflictos agrarios.
Lastimosamente, lo sucedido con las familias de agricultores de Pindaré-Mirim engrosa la lista de atropellos e impunidad que desde hace décadas se reproduce en el Brasil rural y que amenaza en empeorar ante la inminencia de un gobierno que proclama el odio contra las minorías, y que considera a los sin tierra delincuentes y atorrantes.
Sin embargo, la Rel-UITA conjuntamente con sus afiliadas, que reúnen a los trabajadores y trabajadoras rurales en Brasil, no claudicará en denunciar ante el mundo los abusos del poder que siempre golpea a los más vulnerables.
Estaremos atentos al devenir de los acontecimientos, informados por nuestra afiliada, la Confederación Nacional de Trabajadores en la Agricultura (Contag) y dispuestos a ofrecer toda la solidaridad y respaldo a nuestro alcance.
