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Con Emilio Terrón

Agricultura y organizaciones mafiosas

El secretario Sectorial Agrario y Manipulado Hortofrutícola de UGT FICA, conversó con La Rel sobre la pandemia y la situación de vulnerabilidad de los trabajadores zafrales en España y las dificultades de la tarea sindical en el sector agrícola donde operan verdaderas mafias.

Foto: Gerardo Iglesias | Rel UITA

-¿Cómo ha afectado la pandemia el sector agrario español?
-Hasta hace muy poco no teníamos casos registrados, pero recientemente se vienen dando brotes en los sectores que emplean a trabajadores temporales (temporeros) que en la mayoría de los casos son migrantes, indocumentados y cuyas condiciones laborales además de precarias los torna muy vulnerables a la pandemia y toda clase de abusos.

-En ese sentido fue sonado el caso del nicaragüense Eleazar Blandón, temporero fallecido hace pocos días en Murcia, que fuera abandonado delante de un centro de salud…
-Sí, un episodio muy triste y esto está ocurriendo en muchos lugares de España.

Se está dando un descontrol total del sector agrario con relación a la explotación laboral de migrantes, como también está ocurriendo en Italia y Francia.

Hay una mafia de empresas que se valen de la vulnerabilidad y necesidad de estas personas para tenerlos sometidos a jornadas extenuantes de trabajo, pagando una miseria y ningún tipo de seguridad social.

Venimos luchando para que se dé un cambio en la legislación en este sentido pues el número de trabajadores migrantes en el sector agrario español es importante.

-¿De dónde proceden esos migrantes?
-Hay muchos trabajadores y trabajadoras provenientes de Europa del Este, en especial de Rumania, pero también de Bolivia, Ecuador, Nicaragua -de donde era Eleazar- , etcétera.

Son grandes grupos que se mueven a lo largo del campo español y como vienen de realidades extremadamente difíciles terminan aceptando cualquier condición laboral para ganar lo que sea.

Y estas empresas piratas se aprovechan de esto y ocurre lo que ha ocurrido con este compañero.

Una sanción económica y no mucho más

-¿Este caso sensibilizó a las autoridades de España sobre la situación de explotación que viven los migrantes?
-En parte sí ha tenido repercusión. Es cierto que se investigará a las empresas que estaban involucradas con la muerte del trabajador nicaragüense, pero lamentablemente es probable que termine en una sanción económica, darán algo a la familia y no mucho más.

-Qué paradoja que en esta pandemia se hable tanto de la esencialidad de la producción agrícola y tan poco de la esencialidad de los derechos humanos y las garantías laborales en esa actividad…
-El hecho que el sector agrario sea esencial en medio de esta pandemia, que sea uno de los que garantizan la producción de alimentos ha provocado que también tenga un exceso de oferta de mano obra que quedó vacante de otros sectores por la crisis sanitaria.

Antes no muchos querían trabajar en la agricultura, ahora hay una oferta mayor de mano de obra y esto les cae como anillo al dedo a los empresarios que abusan de esta situación.

Cercar el circulo de explotación

-Tú hablas de mafias que atentan contra la vida de los temporeros, ¿y estas mafias son una amenaza para los sindicalistas?
-Todos aquellos que defendamos las condiciones dignas de labor estamos en la mira de estas empresas inescrupulosas.

Lo que ocurre es que muchas veces no se las puede denunciar porque los trabajadores no llegan a los sindicatos, y otra de las dificultades que tenemos es que son empresas que se van moviendo por el territorio nacional.

Entonces la única solución sería modificar la legislación para cerrarles el círculo de explotación.

Estas empresas actúan como prestadoras de servicios y como no hay una ley que responsabilice a la empresa contratante siguen explotando e incumpliendo, y cometiendo toda serie de barbaridades que cuestan hasta la vida de los trabajadores.