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La otra mirada

Todo lo bueno, como el agua, crece por lo más llano

El Comité Latinoamericano de Mujeres de la UITA (CLAMU) es un espacio sindical que, desde la formación del Departamento de la Mujer de la Regional, con casi 40 años de evolución, es un ámbito de participación y construcción colectiva.

Carlos Amorín

7 | 11 | 2024


Foto: Gerardo Iglesias

Nuestro querido compañero y asesor Gerardo Castillo lo definió hace un tiempo como portador de un “nuevo sindicalismo”. Y sin duda dio en el clavo. En la actualidad el CLAMU conserva y se fundamenta en sus raíces y quehacer sindical, pero su área de influencia se extiende mucho más allá de lo estrictamente laboral.

Debo explicar que también algunos varones participamos como invitados en sus actividades y reuniones, aunque de ninguna manera ocupamos un rol principal, en general ni siquiera tomamos la palabra. En lo que me es personal, asisto con la sensación de estar presenciando una “revolución tranquila”.

Este espacio construido y alimentado por mujeres trabajadoras desde la formación del Departamento de la Mujer de la Regional, desde hace cuatro décadas tiene características únicas. En él ellas se expresan con tiempo, sin protocolos rígidos o preestablecidos por los hábitos sindicales masculinos.

Junto a la lucha por condiciones laborales, salario, derechos sindicales, el CLAMU ambienta y ejecuta una comunicación y acciones que integran con total naturalidad otros muchos aspectos de la vida, como la lucha contra la violencia hacia las mujeres, dentro y fuera del ámbito laboral, los derechos de las comunidades LGBTI, el feminismo, el enfrentamiento al acoso sexual, la oposición a toda discriminación, entre otras cosas.

Las nadies

Las mujeres —en especial las trabajadoras— conforman un colectivo de oprimidas dentro de los oprimidos del mundo. Durante mucho tiempo ninguneadas, subestimadas, excluidas de los ámbitos de reflexión y decisión, con voz, pero prácticamente silenciadas, valoradas como “compañeras de ruta” con escasa influencia, relegadas dentro de estructuras creadas por varones, forjadas desde una cultura machista y patriarcal, esto es, hechas por hombres para hombres.

Mucho se podría decir sobre este tema, pero hoy nos convoca el CLAMU, un espacio que logró abrirse paso por un camino firme, abarcador de muchas sensibilidades y experiencias, un ámbito donde las utopías son claras, netas, obvias, tan contundentes que a menudo se pueden resumir en una palabra: dignidad.

El CLAMU se distingue también de cualquier otra experiencia similar porque reúne a mujeres trabajadoras de diferentes ámbitos: urbanas, campesinas, trabajadoras rurales, obreras industriales, empleadas públicas y privadas, con formación terciaria y apenas alfabetizadas.

Y por si fuese poco, mujeres de todos los rincones de América Latina, con su diversidad geográfica, étnica y cultural. Es, sin duda, un “nuevo sindicalismo”, y también una nueva y vibrante revolución tranquila. De esas que son “realmente peligrosas” para los poderes establecidos, y liberadoras de los y las oprimidas.

El CLAMU se prepara para sus próximos “16 días de activismo”, movilización internacional que comenzará el 25 noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hasta el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.

Sin duda, 16 días para seguir y participar con atención y entusiasmo.