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Fumigaron glifosato a metros de una escuela

Un gobierno sensible a la presión de los lobbies

En Uruguay hay cada vez más vía libre para la depredación ambiental, con un gobierno sensible a la presión de lobbies que demandan mayor libertad para sus negocios, sea agrícolas o ligados a la llamada caza “deportiva”.

Daniel Gatti

18 | 05 | 2022


Imagen: Allan McDonald

En esa línea se inscribe el último “incidente” de fumigación con agrotóxicos, uno más de una larga cadena de hechos similares que se suceden desde hace años pero que ahora cuentan casi que con el visto bueno de las autoridades.

Sucedió en Paso Centurión y Sierra de Ríos, en el departamento de Cerro Largo, una superficie de 25.000 hectáreas (menos del 2 por ciento del territorio del departamento), que goza de protección regional desde 2007 y que desde 2019 es parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP).

En esa zona en principio no se puede cazar, ni forestar, ni practicar la minería.

Una de las carencias de la normativa que rige al SNAP es que no especifica restricciones particulares al uso de agrotóxicos, pero, como en todo el país, allí es de aplicación obligatoria una disposición que prohíbe fumigaciones aéreas a menos de 500 metros de centros poblados y terrestres a menos de 300 metros.

Salvo la práctica de la minería, en Paso Centurión y Sierra de Ríos se ha violado todo: hay forestación ilegal, hay caza ilegal, y ahora se supo, por denuncias de apicultores, que en febrero un productor fumigó nada menos que glifosato muy cerca de una escuela rural.

Vista gorda

Casi que lo más preocupante de lo ocurrido es la actitud de las autoridades departamentales y nacionales, que ponen el acento sobre los perjuicios que las disposiciones ambientales pueden causar a la producción agrícola-ganadera y en la extensión “excesiva” de las superficies comprendidas en el SNAP, en especial esta de Cerro Largo.

La Dirección Nacional de Servicios Agrícolas (DGSA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca justificó de hecho al productor diciendo que fumigó en verano, en época de vacaciones escolares, cuando “no había niños en el lugar”. Sin embargo, la prohibición rige para toda época y día del año.

Organizaciones de vecinos y apicultores de la zona responden que mejor harían las autoridades de gobierno en concentrarse en proteger la salud de los habitantes, en este caso controlando cómo se produce, qué se produce y las condiciones y la calidad de lo que se produce.

“Las fumigaciones no son solo un problema para la fauna y la flora nativas sino para la salud de los habitantes”, dijo al diario La diaria Laura Magallanes, vecina de la zona e integrante de la ONG Conservación de Especies Nativas del Uruguay (Coendu).

Y el glifosato es un problema en sí mismo. No es cualquier agrotóxico: es de los más utilizados en los campos del mundo, en particular latinoamericanos, y sus consecuencias dañinas están cada vez más probadas, a pesar de que las grandes transnacionales que lo comercializan las nieguen.

Don dinero

La zona de Paso Centurión no es de uso agrícola, por lo cual el empleo de agrotóxicos “es mucho más esporádico y no tan intensivo como cuando se produce soja o arroz, porque es más bien para quemar pastizales”, dijo Magallanes.

Los apicultores que denunciaron el empleo de glifosato lo notaron al ver pastizales quemados en áreas linderas a la escuela rural.

Se carece de información, de este como de otros temas ambientales, y no hay una actitud activa del gobierno en controlar las actividades nocivas para la salud y el ambiente, dijo también Magallanes.

Semanas atrás, la militante asociativa había manifestado su oposición frontal a un decreto que habilitó la caza nocturna y flexibilizó las condiciones para practicar la llamada caza “deportiva”, incluida la reglamentación sobre el uso de armas.

La propia Asociación Nacional de Cazadores de Uruguay admitió haber sido la autora de la redacción del texto adoptado por el gobierno.

La actividad mueve enormes sumas de dinero e involucra no sólo a cazadores nacionales sino también a extranjeros de países vecinos y hasta estadounidenses y europeos.

“No sobran animales, sobran cazadores”, dijo Coendu. Y sobran lobbies, decimos nosotros.