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Con el doctor Eduardo Siqueira

“Modificar la NR36 será como poner marcha atrás”

El gobierno y empresarios del sector frigorífico de Brasil impulsan cambios para ir desmantelando la Norma Reguladora 36, que protege la salud y la seguridad de los trabajadores. Sobre los impactos que puede tener esa ofensiva, La Rel conversó con Carlos Eduardo Siqueira, profesor de la Facultad de Medio Ambiente de la Universidad de Massachusetts Boston, en Estados Unidos.

Amalia Antúnez


Foto: Gerardo Iglesias

Siqueira estudió medicina por la Universidad Federal de Rio de Janeiro y actualmente forma parte del cuerpo docente del Departamento de Planeamiento Urbano y Desarrollo Comunitario de la Universidad de Massachusetts Boston. Posee décadas de experiencia en salud colectiva, con énfasis en salud laboral.

“Tocar la NR36 es un absurdo”, afirma. “La comunidad científica tiene evidencia desde hace mucho tiempo que las líneas de producción de los frigoríficos son demasiado rápidas y la carga de trabajo es superior a la que puede soportar un ser humano”.

Para el profesor, tanto en Brasil como en Estados Unidos las empresas tienen la política de acelerar las líneas de producción. En Brasil la forma de hacerlo es eliminando las pausas que garantiza la NR36.

“Las pausas exigidas por la norma han sido una conquista para los trabajadores y las trabajadoras del país”, señala.

Siqueira menciona el ejemplo de JBS, la mayor productora de proteína animal del mundo, que concentra el mercado frigorífico en Estados Unidos y en Brasil y tiene una política de explotación máxima de su personal.

Los sindicatos estadounidenses están en la misma lucha que los brasileños, aunque con menos fuerza pues los trabajadores del sector son mayoritariamente migrantes.

“Estas empresas, en el afán de aumentar sus ganancias no tienen en cuenta el desgaste de los trabajadores y las trabajadoras, probablemente porque consideran que los obreros son descartables y sustituibles. En el caso de Estados Unidos aún más, pues se trata en su gran mayoría de trabajadores latinos migrantes, que carecen de todo tipo de derechos”, dice.

Abordar la salud mental

Los trabajadores del sector no solo padecen lesiones musculoesqueléticas generadas por los movimientos repetitivos o cortes y laceraciones, sino también afecciones psicológicas.

“Matar animales en serie afecta fuertemente a los trabajadores. Mucho se ha hablado de las lesiones físicas, pero urge que se comience a tratar el tema de la salud mental”.

Investigaciones realizadas en Estados Unidos demuestran que estos obreros padecen patologías similares al Síndrome Post Traumático.

Una masacre

“Lo que están haciendo ahora en Brasil con la NR36, eso que dieron en llamar armonización, no es otra cosa que desproteger aún más a los trabajadores de un sector que ya es bastante precario. Sin dudas será un inmenso retroceso, como poner marcha atrás”, asegura.

La industria frigorífica es una de las que registra mayor número de muertes y de factores de alto riesgo para la salud de sus trabajadores, como ritmo excesivo, bajas temperaturas, mala remuneración, exposición a agentes químicos y biológicos.

“La NR36 logró minimizar esos riesgos. Modificarla eliminando las pausas será volver a lo de antes, a lo que está sucediendo en Estados Unidos, donde no existe legislación al respecto: una masacre”.

Para Siqueira, los empresarios sienten que tiene respaldo político para quitar a los trabajadores un derecho duramente conquistado, echando mano a argumentos que carecen de cualquier base científica.

Un modelo lesivo

Por otra parte, apunta que en Brasil la NR36 ha sido un paliativo. Lo que debe cambiar, dice, es el modelo de producción, dañino no sólo para las personas que trabajan en el sector sino también para el ambiente.

“Estudios recientes establecen que este es uno de los sectores productivos que más efectos tiene sobre el cambio climático. Se hace necesario reducir drásticamente el consumo de carne y cambiar el modo de producirla”, enfatiza Siqueira.

Los sindicatos deben entenderlo y considerar que esta lucha debe ser global: no solo por sus condiciones de trabajo sino también para defender la salud del conjunto de la población y el medio ambiente, concluye.