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El acuerdo supone un incremento de los sueldos de 18 por ciento global en cuatro años, a razón de 4,5 por ciento anual y será retroactivo a marzo, cuando comenzó la negociación del convenio colectivo.
También se consiguió un bono de 80 dólares para los trabajadores y trabajadoras en compensación por los días de la huelga.
La presión sindical impidió por otra parte la imposición de arbitraje obligatorio por parte del Ministerio de Trabajo, defendiéndose de esa forma y de manera firme el derecho a la huelga y la negociación colectiva que establece la legislación nacional.
La Federación Unitaria de la Clase Trabajadora (FUCLAT) apoyó el paro desde el primer día y notificó a la Rel UITA, que dio difusión internacional al conflicto.