Más de un millón de dólares por daño moral colectivo
Ejemplar multa a JBS
Más de un millón de dólares por daño moral colectivo
La mayor exportadora mundial de carne fue multada en Brasil en más de un millón de dólares por incumplir normas de salud y seguridad.
El Tribunal Regional del Trabajo de Rondonia, estado del norte de Brasil, acaba de mantener la condena a JBS de pagar 3 millones de reales (1.269.626 dólares) por daño moral colectivo.
La empresa había apelado en primera instancia la sentencia emanada del Ministerio Público del Trabajo (MPT) en noviembre de 2012.
JBS fue procesada por incumplimiento de las normas de salud y seguridad en el establecimiento situado en el municipio de Vilhena, uno de los 35 frigoríficos de bovinos que la firma posee en Brasil. Entre otros problemas, se encontraba la violación a la norma referente a la protección térmica de los trabajadores que se desempeñan a bajas temperaturas, como ocurre en las cámaras frigoríficas.
En el proceso, la jueza actuante consideró válidos los argumentos del MPT sobre los significativos perjuicios causados a los trabajadores, el elevado número de acciones que se tramitan en la justicia contra la empresa y la persistente negativa de la misma a adecuar las condiciones de trabajo en la unidad.
El fallo también mantuvo el destino
dado a la sanción económica
El dinero se destinará a la construcción, en Vilhena, de un centro fisioterapéutico para la rehabilitación de los trabajadores con afecciones provocadas por esfuerzos repetitivos que comprometan su habilidad motora, especialmente en el ambiente de los frigoríficos.
JBS es la mayor empresa de procesamiento de proteína animal del mundo, además de operar en las áreas de alimentos, cuero, agrodisel, colágeno[1] y envases de hojalata.
Cuenta con plantas industriales y escritorios comerciales en Brasil, Argentina, Italia, Australia, Estados Unidos, Uruguay, Paraguay, México, China y Rusia, entre otros países. En el segundo trimestre del año obtuvo un beneficio de 482 millones de reales (204 millones de dólares), un 126 por ciento más que en el segundo trimestre de 2012.
Además de la comentada, el frigorífico de Vilhena tiene otras historias negras. En julio del corriente año, 600 trabajadores del sector de desosado iniciaron una paralización espontánea de tareas protestando por un unilateral y abusivo cambio de horarios. Al mismo tiempo reivindicaban la estabilidad de los líderes del movimiento y un aumento en el vale alimentación.
Nueve días después de la paralización, la empresa despidió a 60 trabajadores, entre ellos los 11 miembros de la comisión negociadora, violando lo acordado cuando se levantó el conflicto.
Nos imaginamos que una multa de esa magnitud aplicada en cualquier otro país del Cono Sur de América haría que la empresa pusiera el grito en el cielo amenazando con retirarse del mismo.
Por eso, no podemos menos que felicitar al MTP de Brasil por su rápido y acertado fallo. Al fin y al cabo, como dijo alguien, “el bolsillo es el órgano más sensible de los capitalistas”.