Paraguay | SOCIEDAD | SALUD
Con Pablo Balmaceda
Jurassic Paraguay
Este título no comprende al pueblo paraguayo sino a los partidos hegemónicos de su sistema político que, con la excepción del período de Fernando Lugo (2003-2008), han tenido en sus manos el destino del país: el Partido Liberal, y fundamentalmente, el Partido Colorado, actualmente en el gobierno. Corrupción grotesca, mentiras, usurpación del Estado en beneficio de intereses mafiosos, narcoestado, sometimiento de las grandes mayorías mediante esquemas caudillescos y falsas promesas. El COVID-19 campea en Paraguay prácticamente sin obstáculos, y las vacunas solo se han visto por cuentagotas y donadas.
Carlos Amorín
Foto: El intransigente
La Rel dialogó con nuestro querido amigo y compañero, el doctor Pablo Balmaceda, que tanto apoyo brindara durante la lucha contra la contaminación provocada por Monsanto en Rincón’í, en Paraguay, y que diera lugar al libro Las semillas de la muerte.
“En Paraguay se había empezado muy bien a la llegada del coronavirus -relata Pablo-. Se nombró como director general de Epidemiología del Ministerio de Salud a un joven profesional con conocimientos amplios y actualizados, muy idóneo, llamado Guillermo Sequera. Pero el ministro de Salud hasta el 5 de marzo, Julio Mazzoleni, estaba allí porque es amigo de la infancia con el presidente Mario Abdo Benítez. El propio presidente está allí por ser el hijo del secretario privado del fallecido dictador Alfredo Stroessner”.
Mazzoleni se especializó en reumatología, trabajó en el Instituto de Previsión Social y en la Sanidad de la Armada, pero nunca se involucró con la salud pública, afirma Balmaceda.
Para calmar las protestas ciudadanas y ante lo desastroso de su gestión de la pandemia, el Senado le reclamó su renuncia y fue sustituido por Julio Borba.
“A instancias del doctor Sequera, Paraguay fue uno de los primeros países de la región en entrar en cuarentena y tuvimos un relativo éxito, ya que durante varios meses no se registraron muchos contagiados y, en general, se trataba de viajeros o migrantes que regresaban desde Europa, Argentina o Brasil”.
El Parlamento -continúa Pablo– aprobó un plan de emergencia que autorizaba al Poder Ejecutivo a recibir préstamos por 1.600 millones de dólares para adquirir equipos de protección para el personal de salud, medicamentos para las Unidades de Tratamiento Intensivo, subsidiar a los funcionarios públicos mayores de 65 años que fueron exentos de asistir a sus trabajos, etcétera.
Desgraciadamente, los insumos prometidos nunca llegaron. Aparecieron algunos tapabocas de origen chino, pero luego se supo que no eran de la calidad contratada.
La situación se transformó en un verdadero caos administrativo. Se denunciaron licitaciones amañadas. Llegaron también de China unas supuestas camas para tratamientos intensivos que parecían cualquier cosa menos eso, y de hecho el dinero del préstamo desapareció y no se ha hecho ninguna de las compras necesarias.
“Estas últimas dos semanas estamos atravesando un aumento muy importante de casos de Covid-19 con la capacidad hospitalaria completamente desbordada” -advierte Balmaceda-, con pacientes en los pasillos de los centros de salud pública.
Mucha gente se fue en enero y febrero de vacaciones a Brasil y el regreso de estas personas es lo que ha multiplicado exponencialmente la cantidad de contagios.
“En este momento estamos teniendo más de 2 mil casos por día, para una cantidad pequeña de hisopados, apenas 6.500. Se están registrando más de 60 muertes diarias, y en total los fallecidos ya suman más de 4 mil”.
Hasta ahora han muerto 39 trabajadores de la salud de todos los niveles.
“La pandemia nos tomó escasos de recursos, como siempre estuvo la Salud Pública paraguaya”, denuncia Pablo-. “Por ejemplo, teníamos solo dos laboratorios con una capacidad de 150 análisis diarios entre ambos. Por suerte se pudo montar nuevas estructuras con las cuales se han superado los 6 mil test por día, pero que con la avalancha de contagios ya se muestran insuficientes”.
Balmaceda, quien dirige desde hace años el Departamento de Salud Indígena, relata que “se habían terminado los reactivos para los test, pero se recibió una donación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que ya se está acabando nuevamente”.
Con respecto a las vacunas, Paraguay recibió 4 mil dosis de Sputnik-V regaladas por Rusia mientras ambos gobiernos negociaban una compra grande que finalmente no se concretó, nadie sabe por qué.
Luego llegaron 36 mil dosis de Astrazeneca Bioscience provenientes de Corea del Sur a través del Mecanismo COVAX. Y esta semana arribaron 100 mil dosis de Covaxin donadas por India, cuya utilización deberá aún ser aprobada por las autoridades sanitarias paraguayas.
Los medios paraguayos dan cuenta de que, en el colmo de la inoperancia o corruptela, desaparecieron 6,5 millones de dólares que debían haber sido depositados en el mecanismo COVAX pero que nunca llegaron, y ahora se solicitó al gobierno que depositara en ese mecanismo un tercio de su transferencia perdida, o sea unos 2,2 millones de dólares.
“Pero resulta que ese dinero tampoco llegó a destino. Ante el escándalo público, se efectuó una supuesta “investigación interna” que reveló que “hubo un error y el dinero se depositó en la cuenta de la Fundación Bill y Melinda Gates”.
Esa es la explicación que ha dado el gobierno, o mejor, el Jurassic gobierno.
El doctor Balmaceda señala que el nuevo ministro de Salud, Julio Borba, ha sido uno de los pilares del pasado gobierno de Horacio Cartes -acusado reiteradamente de mantener relaciones estrechas con el narcotráfico-, y que seguramente llega al gobierno para allanarle los negocios al ex presidente, que en los últimos años ha adquirido gran cantidad de instituciones privadas de salud, y más recientemente una enorme cantidad de farmacias.
Otro ex presidente (1993-1998), Juan Carlos Wasmos y, relata Pablo, acaba de anunciarle al gobierno que tiene vacunas chinas Sinovac a la venta, y se las ofrece a 30 dólares la dosis, cuando en el mercado su valor no supera los diez.
Paraguay sigue en manos de bandas de políticos corruptos, cuyo único interés es asaltar las arcas del Estado para enriquecerse. A fines de febrero hubo fuertes movilizaciones protestando por la situación caótica, la corrupción y la impunidad y reclamando el juicio político al presidente Abdo Benítez.
Pero el Senado, donde el partido de gobierno tiene mayoría, votó en contra de esa iniciativa, lo que combinado con el aumento de los contagios determinó el fin de las protestas.
“El futuro se presenta ciertamente asustador aquí en Paraguay”, anunció el doctor Balmaceda.