Estudiante universitaria, militante social y política, Micaela García era, a sus 21 años, una participante activa de las luchas del movimiento Ni Una Menos, de denuncia de los femicidios en Argentina. El domingo 2, al salir de un baile, fue violada y asesinada, víctima de esa misma violencia machista contra la que luchaba a brazo partido, por un hombre con antecedentes penales por ataques sexuales al que la justicia había dejado en libertad condicional un año antes. Ni Una Menos se ha extendido a todo el mundo y Argentina es hoy uno de los países más activos de denuncia de ese horror, pero las cifras siguen siendo brutales: una mujer es asesinada cada 18 horas, con la complicidad de todos.