Argentina | MUJER | VIOLENCIA

Viejo virus ataca de nuevo

Nueva ola de patriarcado femicida

Foto: Karry | CartonClub

Un mecanismo perverso envuelve a las mujeres cuando se encuentran ante la disyuntiva de sucumbir a la dominación patriarcal o defenderse poniendo en riesgo su vida.

Graciela

Recién comenzaba la madrugada del 3 de marzo, en la localidad de Madariaga a 300 km de Capital Federal, cuando discutían Graciela Funes de 41 años, madre de cuatro hijos, con Franco Mauricio Torres de 27.

Ella se oponía a que este policía, que trabajaba en Inteligencia Criminal en Pinamar, siguiera abusando de su hija de trece. La madre le dijo que si no se detenía lo iba a denunciar.

La adolescente hizo llamados al 911 pidiendo ayuda. Los vecinos también, al escuchar los disparos. Fue la hija quien recogió el revólver y lo dejó sobre la mesa. Fueron varias veces las que el femicida disparó con su arma reglamentaria. Y, como sucede habitualmente, después de matarla, se suicidó.

Un machista es un hombre que asume (consciente o inconscientemente) que las mujeres deben adaptarse a sus deseos. Si no consigue hacer su voluntad por las buenas, se siente con derecho de descargar su frustración contra aquella que le ponga límites. Del modo que sea.

La ira que lo domina proviene de esa convicción de que una mujer no tiene la potestad de negarse, debe someterse a él simplemente porque se autopercibe como un ser dominante. Si ella no acata, su autoestima se desvanece. El no soporta ser vulnerable.

Al necesitar sentirse poderoso, gracias al imaginario de que su condición masculina es superior, adopta conductas agresivas para imponerse. Sobre todo, cuando está reforzado por su condición de agente que lo legitima para usar las armas. El arma homicida cumple el rol de colocarlo en la cima de su superioridad.

Katherine

Tenía 22 años Katherine Saavedra cuando murió el 3 de marzo por un golpe en la cabeza (traumatismo craneoencefálico grave) en el Hospital Misericordia en Córdoba donde estuvo internada tres días, desde el domingo 28 de febrero.

En la localidad de Malvinas Argentinas su novio Brando Ariel López Larrubia de 25 años la atropelló con el auto.

La historia es igual a todas: “problemas de pareja”, el empezó a golpearla, ella aparecía con moretones hasta que se decidió a dejarlo.

El sábado a la noche volvió a la casa de su madre con su ropa, le dijo que su novio le había pegado y que no quería volver con él. Se fue con una amiga a una fiesta.

El domingo a las 6 de la mañana estaba internada inconsciente. Muere el miércoles en la tarde.