La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha definido con razón que “los derechos de los LGBT constituyen derechos sindicales, porque los derechos de los LGBT forman parte de los derechos humanos y éstos constituyen un punto clave para las actividades sindicales. Los sindicatos no pueden, en la actualidad, hacer caso omiso de estos temas”.
Recalca también que “el reclutamiento y la organización de los trabajadores LGBT ayuda a fortalecer a los sindicatos y su capacidad de representación de todos sus afiliados” y estima en ese sentido que “la discriminación de los trabajadores LGBT no se diferencia de la discriminación de otros grupos, por motivos de edad, raza, discapacidad, sexo o religión”.
“Todos los trabajadores y trabajadoras tienen derecho a ser protegidos de la discriminación; a las personas LGBT a menudo no se les toma en cuenta en sus trabajos y puede suceder que se les niegue sus derechos. Los sindicatos están llamados a desempeñar un papel importante a fin de ayudar a estos trabajadores”, señala la CES.
Momentos antes de la elección, Gisele, de pie, valiente y decidida manifestó: “las ganas y la voluntad de luchar por nuestros derechos no dependen de raza, credo u orientación sexual. Lo que he venido a hacer a esta Conferencia y frente a ustedes es pedir que abran las puertas de sus organizaciones a nuestro colectivo. Somos personas y no aberraciones, como muchos creen”.
Y recordó Gisele que el 27 de agosto de 2016 la Rel-UITA les había abierto sus puertas para la organización del Primer Encuentro de la Diversidad. “Allí debatimos sobre los problemas que enfrentamos como colectivo y sobre la violencia cotidiana que sufrimos”, dijo.
El 2 de marzo, en la sede del SINTIACR sesionó un taller de planificación, donde se decidió la celebración del 2º encuentro de diversidad el próximo 24 junio.
La construcción de estrategias de incidencia política, directrices y políticas públicas direccionadas al movimiento LGBT y cómo fortalecer su presencia en el sindicato serán ejes de análisis y debate.
No hay pretexto alguno para excluir los aportes de este colectivo en ningún ámbito y mucho menos en el sindical, donde se deben entender sus problemáticas específicas y también favorecer la construcción de nuevas masculinidades, aprendiendo a desaprender para ser más y hacer más.
