En el documento analizan la extrema vulnerabilidad del sector turístico, así como la necesidad de ir hacia un modelo productivo basado en el desarrollo tecnológico e industrial y en actividades dirigidas a la descarbonización de la economía y la potenciación de servicios públicos ligados a la sanidad y los cuidados
Para esa transformación, dicen el sector necesita medidas específicas en el marco de la Estrategia de Transición Justa elaborada por el gobierno.
El texto recuerda la importancia económica del sector en España, que supone el 15 por ciento del PIB y el 14,3 por ciento del empleo, pero destaca también los costos territoriales y ambientales del modelo turístico desarrollado, por el elevado uso de agua y de energía y la afectación a la biodiversidad.
Cita en ese sentido un informe del Foro Económico Mundial sobre competitividad turística según el cual España ocupa el segundo puesto en infraestructuras turísticas y el noveno en recursos naturales, pero está en el puesto 31 en sostenibilidad ambiental.
También subraya la precarización del empleo: 36 por ciento de las 2.830.000 personas que trabajan en él son temporales.
“En algún momento –sugiere– se podría evaluar si todos los presupuestos públicos que se destinan a las empresas y a las infraestructuras para el sector (de transporte, de gestión de residuos, de depuración de aguas, entre otras muchas) revierten en la población local y en los trabajadores o, más bien, en las empresas, o si esos fondos no tendrían un rendimiento más social si se destinaran a otros ámbitos con empleo de más calidad”.
La pandemia de Covid-19 ha puesto en evidencia estas vulnerabilidades.
Más de la mitad de los 600.000 trabajadores que se encontraban en seguro de desempleo en septiembre eran del sector turístico.
Por otra parte, se requería repensar a fondo a la propia actividad turística, por los efectos del cambio climático, por la depredación ambiental y social que causan los campos de golf, las ampliaciones de puertos para recibir cruceros, o de aeropuertos o redes viales de alta capacidad.
“Hace falta una hoja de ruta clara hacia un nuevo modelo turístico sostenible ambientalmente, diversificado y resiliente, con destinos turísticos y actividades basadas en el cumplimiento de la normativa, la calidad del empleo, el respeto al territorio y a la biodiversidad y encuadrados en las medidas de reducción de emisiones”, propone el documento.
Poco se ha pensado hasta ahora en esa dirección, señala.
“Una transformación del modelo no sólo tiene que afectar al turismo, sino también al modelo de consumo, de transporte, industrial, agroalimentario y energético”.
El documento apunta además que la excesiva especialización turística de algunos centros urbanos “induce subidas de los precios de la vivienda, apropiación de espacios públicos e incremento del ruido que obliga a los vecinos a desplazarse a otros barrios”.
de la producción
Las seis organizaciones firmantes proponen apostar por “un turismo de interior y proximidad diversificado, menos dependiente de la aviación, y relacionado con el patrimonio cultural y artístico, el deporte al aire libre sostenible o el turismo de naturaleza con limitaciones ambientales”.
Este tipo de turismo, dice, “tiene que basarse en la rehabilitación y restauración tanto de edificios, instalaciones y patrimonio como de espacios naturales, en la puesta en valor de los recursos locales y en opciones de movilidad más sostenibles”.
Y puede ayudar a reactivar las zonas rurales, siempre teniendo en cuenta que la economía de esas regiones, que en la península se conocen como la “España vaciada”, debe basarse en el sector primario.
“El turismo se debe insertar, además, en las economías locales, por ejemplo a través del abastecimiento de productos y alimentos locales y, en cualquier caso, el empleo que se cree tiene que ser de calidad, lejos de las prácticas abusivas y de la precariedad que caracterizan a muchas empresas del sector”.
“Esto viene siendo planteado por CCOO de Canarias y de Baleares, donde hay ya ciertas experiencias de reconversión hotelera, planteándose un cambio de uso que no tiene que ser especulativo y que tiene que contar con un plan social consensuado con los trabajadores afectados, que ofrezca salidas sociales y de protección para ellos”.
CCOO, Greenpeace, WWF, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y Amigos de la Tierra plantean por otra parte reconvertir algunas las infraestructuras situadas en la costa para darles un uso más social o ambiental.