«Brasil se ha convertido en un país cada vez más poderoso, pero no logra garantizar los derechos de sus ciudadanos más antiguos”
Ciudadanos de tercera clase
Una delegación de la organización humanitaria Amnistía Internacional liderada por su secretario general, el hindú Salil Shetty, visitó el 7 de agosto a las comunidades indígenas Guaraní Kaiowá, en la región de Dourados, en el estado de Mato Grosso do Sul. Lo que vieron los espantó. «Brasil se ha convertido en un país cada vez más poderoso, pero no logra garantizar los derechos de sus ciudadanos más antiguos”, dijo Shetty
Shetty se reunió con los líderes Kaiowá, Guaraní, Terena, Kinikinau y Ofayé, que le expusieron las violencias de que son objeto y la lentitud con que los poderes públicos proceden para demarcar sus tierras.
Salil visitó uno de los campamentos tekoha más vulnerables del estado, el campamento Apika’y. A orillas de la ruta BR-163, en el tramo que une los municipios de Dourados y Ponta Porã, 16 familias Kaiowá permanecen en chozas hace más de diez años, acorraladas por el tránsito de camiones y las plantaciones de caña de azúcar y soja. Cinco indígenas fueron atropellados y muertos, y una indígena fue envenenada por los agrotóxicos utilizados en la plantación.
«Estamos en 2013 y no se puede simplemente hacer lo que a uno se le antoje en las tierras indígenas, como si no existieran derechos que deben ser respetados», dijo a los indígenas.
«Aquí me encontré con madres que perdieron a sus hijos pequeños, personas mayores que han perdido a sus hijos. Son cosas que pasan a plena luz del día, y no hay investigación. Las personas que cometen estos crímenes simplemente permanecen libres. Es una verdadera vergüenza para Brasil«, agregó.
Shetty visitó también la casa de oración de Getúlio Juca, en el pueblo Jaguapiru, y se reunió con una centena de líderes de Mato Grosso do Sul, recogiendo testimonios sobre la vida de los indígenas dedicados a la lucha por la tierra.
«Visitar esta región me hace sentir en un lugar donde no hay derechos humanos», subrayó, y denunció que «miles de indígenas aún no han recibido la demarcación de sus tierras, lo que genera violencia e intimidación. Tener una justicia lenta es lo mismo que no tenerla”.
«Ustedes ponen en riesgo sus vidas para garantizar sus derechos, sus tierras, pero esta es una lucha desigual. Uno de los lados dispone de armas y del respaldo del gobierno. El otro no tiene nada. Pero ustedes tienen la verdad y la historia de su parte», proclamó el secretario general de Amnistía Internacional.
Salil dijo además que estas realidades son comunes a todas las comunidades indígenas de Brasil.
La comitiva se reunió en Brasilia, el jueves 7, con el Ministerio de Justicia, la Secretaría Especial de Derechos Humanos y la Secretaría General de la Presidencia de la República.
«La presidenta (Dilma Rousseff) se negó a recibirnos. Tal vez no quiera oír hablar de la realidad que encontramos aquí hoy», concluyó.
En la mañana del miércoles 7, en Brasilia, el gobierno federal y la bancada ruralista en el parlamento decidieron darles tierras a los indígenas de Mato Grosso do Sul previa indemnización a los latifundistas que las ocupaban. Los líderes indígenas destacaron sin embargo la necesidad de disponer de definiciones más precisas sobre la resolución.
Foto: CIMI