Durante su visita, la delegación se reunirá con trabajadoras y trabajadores de las empresas Melon Export SA (Melexsa) y Sur Agrícola de Honduras SA (Suragroh), así como con las autoridades del trabajo y organizaciones sociales que están interesadas en acompañar la acción de reivindicación de derechos laborales y sindicales.
Plantear mecanismos de solución a la problemática en el sector de las meloneras figura entre los principales objetivos de la delegación internacional.
En las plantaciones de Fyffes, ubicadas en el sur de Honduras, el 80 por ciento de la mano de obra es femenina y temporal. La mitad de estas mujeres son madres solteras.
Tras la conformación de subseccionales del Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares (STAS), afiliado a la Festagro(2), en Melexsa y Suragroh, la transnacional frutera reaccionó despidiendo a decenas de trabajadoras organizadas, obviando de esta manera la solicitud de instalar una mesa de negociación colectiva.
En más de una ocasión, el STAS denunció las extenuantes jornadas de trabajo, el no pago del salario mínimo, ni de las horas extra y las vacaciones proporcionales, así como la falta de acumulación de antigüedad y de cotización a la seguridad social.
Asimismo, señaló las malas condiciones higiénicas y de seguridad, el despido por estar embarazadas y la creación de “listas negras”.
Dichas violaciones a los derechos laborales y sindicales fueron constatadas y denunciadas por la Oficina Regional del Trabajo de Choluteca, que pidió obligar a las empresas a pagar un millonario ajuste salarial.
Ante el recurso presentado por las subsidiarias en Honduras de Fyffes, la central del Ministerio del Trabajo decidió sorprendentemente desechar todo lo señalado por los inspectores regionales.
De esta manera se avaló la tesis patronal de que por ser trabajadoras temporales no pueden ser parte de un sindicato, ni gozar de fuero sindical.
“Estamos aquí para constatar in situ la realidad que viven las mujeres trabajadoras en las plantaciones de melones de Fyffes”, explicó a La Rel, Bert Schouwenburg de GMB.
“Esto es fundamental para concientizar a nuestros afiliados y subir el nivel de presión, para que la transnacional frutera respete los derechos y se siente a negociar con los sindicatos”, agregó el dirigente sindical británico.
Este 23 de enero arrancó también la campaña mundial “Libertad sindical y justicia para las y los trabajadores de Fyffes”, coordinada por Banana Link con la participación de varias organizaciones internacionales, entre ellas la UITA.
La campaña se desarrolla en el marco de la iniciativa “Frutas Justas”, que exige a la Unión Europea, los gobiernos, los supermercados y la industria alimentaria en general asegurar el pago de un precio justo para las frutas tropicales, sin violar los derechos humanos o contaminar el medio ambiente.
Además del envío de email exigiendo a Fyffes sentarse a negociar condiciones de trabajo decente y salarios dignos, garantizando además la libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva, la campaña desarrollará movilizaciones y acciones en diferentes países de Europa y en Estados Unidos.
El lanzamiento de la campaña se da en un contexto muy delicado para la compañía irlandesa.
El pasado mes de diciembre, el conglomerado japonés Sumitomo pactó la compra de Fyffes por un valor aproximado que supera los 750 millones de euros.
El coloso japonés tiene presencia en 66 países y tiene una plantilla de más de 65.000 trabajadores. El volumen de negocio asciende a 8.000 millones de dólares y la capitalización asciende a más de 15.000 millones de dólares.
1-Banana Link, GMB, International Labor Rights Forum (ILRF), Fagligt Fælles Forbund (3F), UITA
2-Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Agroindustria