La industria bananera es una de las actividades más importantes en América Latina por el nivel de mano de obra que requiere, pero la cadena alemana de supermercados Aldi, que de hecho fija los precios de comercialización del fruto, ha decidido unilateralmente disminuir lo que paga por caja, lo que puede llevar a la ruina a decenas de miles de productores.

Tan importante es esta cadena europea en el mercado que se habla de “precio Aldi” en unas supuestas negociaciones sobre la cotización de la fruta en las que en realidad quienes siempre ganan son los que tienen la sartén por el mango.

En el propio mercado europeo, los supermercados detentan muchísimo más poder que los productores de la fruta. Y lo tienen infinitamente más que los trabajadores y trabajadoras del banano latinoamericanos, que plantan y cosechan la fruta.

Pues bien, Aldi decidió reducir en 7 centavos lo que abona por kilogramo de banano. Lo que parece poco en realidad es muchísimo: 1,25 dólares menos por caja.

Otras cadenas seguirán sus pasos, alegando “razones de mercado”, la relación entre la mucha oferta y la poca demanda, el tipo de cambio, el precio de los combustibles, etcétera, etcétera.

Meras excusas

Lo que está en juego hoy, fundamentalmente es el futuro de los 400.000 trabajadores y trabajadoras que viven de la industria del banano en América Latina, que hoy en medio de la pandemia se exponen día tras día a contraer el virus y perder sus vidas.

Aldi y otras grandes cadenas de supermercados se llenan la boca sobre su apego a las normas de responsabilidad social y su contribución a la sostenibilidad del sector.

Con este tipo de decisiones están borrando con el codo lo que escriben con la mano.