En Argentina aún no se ha producido la reapertura de la hotelería tradicional, la de viajes, turismo, y recreación, por lo tanto los protocolos con los cuales se encuentra trabajando, la poca hotelería abierta, son sanitarios, es decir para casos Covid-19 positivos o de aislamiento preventivo, para lo cual existe un protocolo sanitario que extrema las medidas de prevención.
“En el caso del hotel Sheraton de Buenos Aires están trabajando con tripulación de aviones, o sea que son habitaciones tipo aislamiento y la cantidad de cuartos que utilizan es reducida. El personal trabaja 1 día por semana, entre cuatro o cinco veces al mes”, explica Mantovano.
La dirigente subraya la importancia de este trabajo previo, que realizan algunos hoteles porque “sabemos muy poco de este virus, y fue muy cambiante toda la información recibida, por lo tanto cuidarse con protocolos preventivos estrictos es lo que corresponde. Será otro tema cuando el verano este avanzado sobre el país, y los contagios hayan disminuido”, dijo.
Mantovano recordó que hasta ahora el sector sigue esperando el protocolo oficial para la actividad turística, nacional e internacional.
“Esperamos sea uniforme para todo el país. Es importante que se apliquen los mismos criterios en cada provincia y localidad para evitar confusiones y que no perjudique más la temporada de verano”, advierte.
“Que contenga además un apartado especial, considerando la posibilidad cierta de que algún pasajero pueda contraer la enfermedad durante su estadía, para lo cual el protocolo debería establecer el procedimiento sanitario a llevar adelante por los hoteles, para no crear preocupación y alarma al resto de turistas alojados y al personal del hotel”, agrega.
Tomando las medidas preventivas del caso, y siguiendo las indicaciones de la autoridad sanitaria es posible continuar funcionando al detectar un caso positivo, a medida que bajen los contagios, se podrá reducir la cantidad de elementos preventivos que componen el Elemento de Protección Personal (EPP) del sector personal de piso.
“Aunque siempre será de uso obligatorio tapabocas, máscaras faciales (es recomendada especialmente para no llevar las manos a la cara), y guantes. Es importante que cada trabajadora se sienta segura al momento de realizar el trabajo, y pueda elegir libremente cómo quiere realizar la tarea”, destaca Mantovano.
La directora de UTHGRA recordó también las dificultades que los elementos del EPP aportan a las tareas dentro de los hoteles y que habrá que tener en cuenta para la nueva normalidad impuesta.
Las mascarillas generan más cansancio por no poder respirar libremente y las sobre túnicas pueden restarles movilidad, seguramente les demandará mayor cantidad de tiempo realizar las mismas tareas, dado que a la operatoria se incorporan más procedimientos de limpieza y desinfección sobre superficies y de higiene personal.
“Por eso también hablamos de una condición fundamental como es el entrenamiento. Porque les hará ganar confianza, y sentirse seguras al desarrollar el trabajo y no equivocarse”, indica.
Mantovano señaló que aún se desconoce qué porcentaje de la ocupación de un hotel podrá reservarse, ni cuáles serán los aforos para las actividades complementarias.
“Sin dudas será un año diferente, en el cual debemos estar muy atentos a lo que vaya sucediendo, para que no se precaricen aún más las condiciones de trabajo”, concluyó.