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Seatech va a acabar con las madres de Cartagena

Con Edna Guzmán
Seatech, con la marca Van Camp’s, es una de las empresas líderes en el mundo del procesamiento y venta de atún enlatado. Es también acusada ya no de explotadora sino de esclavista por sus empleados, y mantiene una actitud férreamente antisindical. Sirel dialogó con Edna Guzmán, directiva del novel sindicato –y ya perseguido-, la Unión Sindical de Trabajadores de la Industria Alimenticia (USTRIAL), quien además participa en una Fundación que defiende a los centenares de afectados por Lesiones por Esfuerzo Repetitivo (LER) en Seatech.

-¿Cómo es la empresa en la cual trabajas?
-Esta planta aquí es conocida como Atunes de Colombia, pero su nombre verdadero a nivel global es Seatech International. Tiene una particularidad, y es que aquí existen las llamadas “bolsas de empleo” que suministran personal a Seatech mediante un sistema de contratación ilegal. Por ejemplo, en mi caso, llevo ya 18 años trabajando en Seatech por la “bolsa de empleo”, y muchos tienen 15, 16 y hasta 20 años trabajando en las mismas condiciones. 

-¿Eso significa que son empleos tercerizados? ¿Tú dependes de otra empresa y no de Seatech?
-Eso es, de eso se trata.

-¿Cuánta gente trabaja allí?
-Normalmente somos unas 1.500 personas, de las cuales 800 somos mujeres. En período de mayor trabajo llegamos a ser casi 2 mil empleados y empleadas.

-¿Ustedes han conformado un sindicato y también una fundación?
-Desde hace aproximadamente diez años sabemos que se venían registrando casos de trabajadoras enfermas que salían de la empresa y no se sabía más nada de ellas, salvo que estaban muy enfermas. Un día me di cuenta de que yo también estaba enferma, y no logré aprobar los exámenes físicos y de salud que periódicamente debemos cumplir.  

-¿Qué ocurrió entonces?
-Que me quedé sola, la empresa dejó de pagarme, perdí la atención de salud, y entonces busqué ayuda en los sindicatos que hay en la planta, SINTRALIMENTICIA, SINTRATUCAR y SINALTRAINAL, pero que brindan muy poquita ayuda. Les pregunté por qué no nos estaban defendiendo, si están violando nuestros derechos. Ellos nos propusieron crear una fundación, y eso fue lo que hicimos: hoy tenemos la Fundación Manos Muertas, y los sindicatos son nuestros asesores.

-¿Qué hace la Fundación?
-Se dedica a la protección y defensa de las personas con enfermedades profesionales, o sea de trabajadores y trabajadoras que hayan adquirido una enfermedad durante una labor contratada.

 

Acá tenemos hora de entrada pero no de salida. Empezamos a las 7 de la mañana, pero ya hemos salido a las 11, las 12 de la noche o las dos de la mañana, y eso para volver a empezar a la misma hora de nuevo. Y quien protesta es llevado a la puerta, no hay derecho a reclamar nada.

-¿Por qué es necesaria?
-Porque cuando se empiezan a presentar enfermedades como inflamación del túnel carpiano, tendinitis, desgastes musculares y/o articulares, afecciones osteomusculares, lo primero que hace la empresa es despedir a las personas afectadas que, por desconocimiento de sus derechos, aceptan la situación y se quedan en sus casas. La mayoría son lesiones a nivel de las manos, las muñecas, los brazos, los hombros, la columna, en fin, son todas Lesiones por Esfuerzos Repetitivos.

Pero la Fundación cambió las cosas, y nos vino una avalancha de enfermos, gente a la cual le hicieron barbaridades, personas despedidas con todo tipo de afecciones. Ahora tenemos 300 afiliados con enfermedades profesionales, gente que fue engañada por la empresa, por las Entidades Prestadoras de Servicios de Salud (EPS) y por las Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP). 

-¿Por qué dices que fueron engañadas?
-Porque como se trataba de personas sin información adecuada, las convencieron en esas entidades de que padecen de enfermedades que no son profesionales, y entonces la empresa las despide sin ninguna indemnización porque alega no tener ningún tipo de responsabilidad con ellas. 

-¿Cómo son las jornadas de trabajo en Seatech?
-Acá tenemos hora de entrada pero no de salida. Empezamos a las 7 de la mañana, pero ya hemos salido a las 11, las 12 de la noche o las dos de la mañana, y eso para volver a empezar a la misma hora de nuevo. Y quien protesta es llevado a la puerta, no hay derecho a reclamar nada. 

Existe una especie de régimen de esclavitud, sin derecho a decir siquiera una opinión. No puedes ir al baño hasta que el jefe te autoriza; no te dan permiso para ir al médico; a pesar de hacer tantas horas extras no nos pagan ninguna porque esas horas “desaparecen”, nadie las registra. 

Por si fuera poco, inventaron un programa llamado Mantenimiento Productivo Total (en inglés PPM) por el cual nos entrenaron para que el mantenimiento de las máquinas lo hagamos nosotros mismos. Ahora se ahorran al personal que antes contrataban expresamente para esa tarea. Casi siempre lo hacemos los sábados, y son horas no remuneradas porque les llaman “colaboración a la empresa”. 

-¿Cuánto ganas?
-Mi sueldo es de 475 dólares mensuales. 

-¿En la fundación hay trabajadoras activas en Seatech?
-De los 300 afiliados, 160 son mujeres que están trabajando dentro de la empresa, y no sólo tienen dolor e inflamaciones, sino que algunas tiene depresiones severas, porque esto produce afecciones psicológicas. Hay mujeres cuyos esposos las han dejado porque se están volviendo como locas. 

Esto está teniendo consecuencias en los hogares, porque las personas están teniendo problemas psicológicos, y aquí nadie se mete, nadie dice nada. No es posible que una persona que entra a trabajar a las 7 de la mañana, cuando llegan las 8 de la noche aún esté allá, trabajando, pida un permiso para ir a cenar y se lo nieguen, un rato después le alcancen un pan con agua de panela por todo alimento para continuar trabajando. Eso es esclavismo. 

-También formaron un Sindicato…
-Decidimos hacer nuestro propio sindicato, la Unión Sindical de Trabajadores de la Industria Alimenticia (USTRIAL), y lo fuimos a legalizar a Bogotá, pero la empresa reaccionó despidiendo a 86 trabajadoras y trabajadores, incluyendo parte de la Comisión Directiva. 

Pero acá nadie hace nada, todo lo tiene permitido, y nuestro Sindicato aún no está habilitado. Si no hacemos algo esta empresa va a terminar con las madres de Cartagena, porque casi todas somos madres cabeza de familia. 

-¿Cómo piensan continuar esta lucha?
-Ahora vamos a sostener el esfuerzo de conservar el Sindicato. Estamos esperando un fallo de reposición para los 86 despedidos, y queremos mostrarle a Cartagena y al mundo quién es Seatech, cómo fabrica su famoso atún Van Camp’s a costa de la salud de los trabajadores y trabajadoras. Todo el mundo tiene que enterase de la barbarie que están haciendo aquí. Tenemos que presionar en el exterior, porque nada podemos esperar de nuestro gobierno.