-¿Trabajas en algún sector que se considera esencial?
-Lo hago en un lugar que se dice que es esencial, pero en realidad no lo es. Soy funcionaria de la municipalidad y trabajo en el peaje municipal, cobrando tarifas. Así que nunca se detuvo. Estoy expuesta a la contaminación, pero no puedo perder este ingreso porque es mi sustento.
-¿Cómo percibes la participación LGBTI en los sindicatos puntualmente?
-Veo que la participación sigue siendo muy débil, muy simbólica.
Entonces yo me pregunto: ¿Qué hacen o planean los sindicatos para incluir a esta población en los espacios de decisión? ¿Cómo se ha realizado el trabajo de capacitación? ¿Qué acciones han desarrollado los líderes sindicales para tratar de identificar a esta población y así abrir espacios para el diálogo?
-¿Estás en la junta del sindicato?
-En mi sector, de servidores públicos en la ciudad de Limeira – São Paulo, soy representante sindical en mi puesto de trabajo.
-¿Cuáles son los desafíos que tiene la comunidad LGBTI para su inclusión laboral?
-Es una cuestión intersectorial incluir el tema en agenda.
Primero, superficialmente, existe en el imaginario colectivo que estas demandas no existen. Sabemos que hay personas LGBTI y que son trabajadoras, que han avanzado en su inserción en el mercado laboral. ¿Pero dónde están estas personas? Nadie sabe.
Creo que la principal dificultad para identificar y realizar un relevamiento en este sentido es la falta de sensibilización.
Primero, se debe sensibilizar a los actores actualmente involucrados en la lucha de los trabajadores para que se abra este tema y que a partir de ahí surjan nuevos actores que se unan a la causa LGBTI y a sus demandas.
-En esta pandemia, ¿cuál es tu percepción del contexto brasileño?
-Sabemos que la cuerda se rompe por el lado más débil. Tenemos los problemas de las mujeres, de la comunidad negra, que son las más vulnerables en este proceso.
Esta fragilidad no solo se debe a la pandemia, sino también a los retrocesos sociales impuestos por la agenda neoliberal, como el desmantelamiento del Estado, el desmantelamiento de las leyes laborales. De hecho, la población LGBTI es uno de los grupos más vulnerables.
Los niveles de desempleo están aumentando, la clase trabajadora lo ha estado sufriendo. Hay muchos despidos y denuncias. Muchos LGBTI están siendo despedidos porque pertenecen a la comunidad. Es necesario detenerse en esto.
-¿Crees que en el escenario post Covid-19 la comunidad LGBTI ocupará el espacio de trabajo informal de una manera más preponderante que otros trabajadores?
-El trabajo informal causa varios problemas en el futuro, uno de los cuales es la jubilación.
El trabajo informal hace que una gran mayoría de estos trabajadores no estén sindicalizados. Ha habido un pequeño aumento en el mercado laboral formal, pero es poco.
Además, si este es el escenario futuro tampoco tendremos posibilidad de vernos en cargos sindicales, al menos que haya mucha sensibilidad por parte de quienes están actualmente en las directivas, que abran espacio para nuevos cuadros en las direcciones de las organizaciones.
Es importante que los líderes sindicales puedan buscar, identificar, hablar y, sobre todo, formar.
Necesitamos formación política, que frente a todo lo que el país y el mundo han estado enfrentando con el avance de la agenda neoliberal, en el sentido de deslegitimar las luchas, el ataque al sistema de garantía de derechos, surja una clase trabajadora LGBTI.
Por eso es importante enfrentar el desafío de la capacitación. Que los LGBTI se entiendan a sí mismos no solo como un grupo vulnerable sino como pertenecientes a la clase obrera.
Es importante hacer este discurso, adquirir conciencia de clase. Pero esto es muy difícil, dentro y fuera de las organizaciones LGBTI.
Sabemos que el capital avanza y que termina desviando algunos problemas de las luchas sociales hacia la venta, el comercio y la transformación de los derechos en mercancías.
-¿Percibes una diferencia entre los trabajadores sindicalizados y los que no lo están en términos de derechos y estabilidad en este período de crisis?
-La cuestión de pertenecer o no a un sindicato es un agravante, independientemente de la pandemia.
Ya es difícil para una persona LGBTI ingresar al mercado laboral formal. Hoy en día es una osadía sindicalizarse. Soy integrante del sindicato, pero también disfruto de una serie de privilegios debido a la fuerza de la ley que me mantiene en el trabajo, ya que soy empleada efectiva.
Formar parte de un sindicato es una barrera adicional a ser superada por el trabajador LGBTI, porque además de tener que permanecer en el trabajo, frente a la situación de pandemia actual, debe elevarse políticamente y ocupar espacios en el sindicato.
En el contexto actual la sindicalización es difícil para cualquiera, y para el grupo LGBTI aún más.
Al tiempo que la comunidad LGBTI trata de organizarse de una manera mejor, más específica y estructurada, hay una ola en la dirección opuesta, que es la desregulación. Y el argumento principal que utilizan para hacer esta desarticulación es el desempleo. Esta situación afecta más a la población LGBTI.
-¿Hay otros trabajadores o trabajadoras en tu entorno laboral que se identifiquen como LGBTI?
-Voy a comentar sobre mi entorno de trabajo, que es el sector de servidores públicos de Limeira. Los declarados son pocos en número. Esto no significa que no sean más.
Aquellos que se organizan políticamente más allá de la agenda LGBTI, con la articulación de los sindicatos en el sector, son aún menos en estas demandas específicas.
Creo que estos datos pueden aplicarse a Brasil y a gran parte del mundo.
SOPA DE LETRAS
Cuando hablamos de la comunidad LGBTI, es importante hacer hincapié en la cuestión de la “T” que compone esta sopa de letras. Para no correr el riesgo de dejar a nadie afuera, usemos la expresión Comunidad de género diverso o Género diverso.
La «T» representa a las personas trans. Las personas trans no están completamente insertadas en el mercado laboral. En el formal, el índice es muy bajo.
Entre ellas, las mujeres están en una situación aún más compleja porque, en el mundo del trabajo, la prostitución es un factor determinante en sus vidas y es una realidad impuesta, no es una opción.
Hay una negación de estas personas en los espacios formales, e incluso espacios informales, del mercado laboral.
Cuando hablamos de la clase trabajadora LGBTI debemos enfatizar que hay mucha invisibilidad y que todavía estamos buscando inserción en el mercado laboral formal.