-¿Cómo se produjo este cierre?
-Como siempre sucede con Unilever: convocaron al sindicato a una reunión supuestamente común y corriente, hace menos de tres semanas, y ahí avisaron que la planta se vendía y que estaban todos despedidos.
El sindicato se reunió con el director de Recursos Humanos, Lucas Flores, para pedir a la empresa que recapacitara. Flores, un hombre famoso por especializarse en reestructuraciones, nos dio una explicación muy poco convincente: que la venta de Bresler a Carozzi tuvo que hacerse en secreto por las normativas comerciales.
-Ni siquiera tomaron en cuenta el contexto de pandemia…
-No, fue una decisión absolutamente irresponsable y descriteriada. Aquí la pandemia de Covid-19 está pegando muchísimo, con muertos a nivel de calle como consecuencia de las políticas de salud catastróficas del gobierno de Sebastián Piñera*.
Aprovecharon además lo difícil que resulta hacer protestas callejeras, por ejemplo.
Pero ese es el modo institucional de actuar de esta transnacional. En enero de 2019 hicieron lo mismo cuando dejaron en la calle a muchísima gente. En Chile se han ensañado: en los últimos años ha despedido al menos 2.000 personas. Sólo quedamos alrededor de 1.300.
-¿El Ministerio de Trabajo intervino?
-Este, como se sabe, es un gobierno sumamente proclive al mundo empresarial. Cuesta mucho conseguir ayuda de las autoridades. A lo sumo lo que se logra es mejorar las indemnizaciones, hacer que la empresa se haga cargo de parte de su responsabilidad en seguridad social y con la protesta pública y la denuncia internacional algo más.
-¿Qué pudieron conseguir?
-La semana pasada, después de 15 días de negociaciones, logramos un paquete de salida que consta de una indemnización superior a la legal (cuatro meses de sueldo adicionales al mes de salario por año trabajado a que tienen derecho los despedidos) y seis meses de seguro médico compartido con el sindicato para aquellos que no sean reubicados en Carozzi
La empresa se comprometió además a que la mayoría de los trabajadores y las trabajadoras de Bresler sean retomados en Carozzi, pero el número lo dejó en la nebulosa.
Quiero resaltar otra cosa: Unilever tiene protocolos firmados con las otras regiones del mundo, pero en América Latina y el Caribe no. Tenemos que luchar a nivel internacional para que baje el nivel de agresividad en estos países. Contamos con la UITA para ello.
*Al 23 de junio Chile superaba el cuarto de millón de casos y los 7.000 muertos y es el tercer país de América del Sur más afectado por el nuevo coronavirus, detrás de Brasil y Perú.